Quedan poco más de tres semanas, y sigue habiendo una gran confusión sobre qué ocurrirá exactamente en Washington el próximo 4 de julio.
¿Se centrarán las celebraciones del Día de la Independencia en el National Mall como de costumbre, o pasarán al Monumento a Lincoln, como según medios ha solicitado la Casa Blanca? ¿Mantendrá el presidente Donald Trump sus planes de pronunciar un discurso? Y si lo hace, ¿Será un discurso abierto a todos, manifestantes incluidos, o la Casa Blanca restringirá el público a seguidores de Trump en un acto tradicionalmente apolítico?
La Casa Blanca no ha revelado sus planes. El Servicio de Parques Nacionales, que es el principal responsable del acto, guarda silencio. Eso deja al gobierno municipal, que ayuda con la seguridad, sin información.
La delegada Eleanor Holmes Norton, representante del Distrito de Columbia en el Congreso, dijo que las reuniones interdepartamentales para el 4 de Julio suelen comenzar tres meses antes. Pero hasta donde ella sabe, aún no se ha celebrado ninguna.
“La ciudad intenta determinar qué hacer, porque todo lo que tienen es un esbozo de lo que (la Casa Blanca) quiere”, dijo Norton. La delegada dijo haber contactado con el Servicio de Parques para pedir detalles, pero “no nos dijeron nada. ¿Saben por qué? Porque no saben nada”.
La alcaldesa de Washington, Muriel Browser, declinó varias peticiones de comentarios.
Por lo general, las celebraciones del Día de la Independencia de Estados Unidos reúnen a decenas de miles de personas en el National Mall para un acto que culmina con fuegos artificiales. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 se introdujo un gran refuerzo de seguridad, pero por lo demás se ha celebrado sin incidentes durante años.
El primer indicio de que los festejos de 2019 serían algo distintos llegó en febrero con un tuit en el que Trump anunció un “Homenaje a Estados Unidos” el 4 de Julio que incluiría “un mensaje de vuestro presidente preferido, ¡yo!”.
La semana pasada, The Washington Post citó a un funcionario del Servicio de Parques Nacionales comentando que la Casa Blanca preparaba un discurso de Trump en los escalones del Monumento a Lincoln durante las celebraciones.
Pero desde entonces, la Casa Blanca y el Servicio de Parques Nacionales han rechazado hacer comentarios.
La delegada Eleanor Holmes Norton, representante del Distrito de Columbia en el Congreso, dijo que las reuniones interdepartamentales para el 4 de Julio suelen comenzar tres meses antes. Pero hasta donde ella sabe, aún no se ha celebrado ninguna.
“La ciudad intenta determinar qué hacer, porque todo lo que tienen es un esbozo de lo que (la Casa Blanca) quiere”, indicó Norton. La delegada dijo haber contactado con el Servicio de Parques para pedir detalles, pero “no nos dijeron nada. ¿Saben por qué? Porque no saben nada”.
Norton predijo una pesadilla de seguridad, con una situación caótica debido a la escasa antelación para una nueva ubicación y formato anunciados con poca antelación añadidos a los requisitos de seguridad y desplazamientos del presidente.
La confusión también afecta a los activistas locales, que no tienen claro cómo responder a un discurso de Trump el 4 de Julio. Algunos lo ven como una oportunidad dorada para interferir con el mensaje de Trump de una forma a la que el mandatario no está acostumbrado, mientras que otros temen que sea una trampa.
“No es habitual que el presidente Trump aparezca en un lugar público ante un público sin garantías de que sea amistoso”, dijo Medea Benjamin, cofundadora del movimiento Code Pink. “Les va a resultar muy difícil de controlar. Veremos en qué clase de problemas podemos meternos”.
Otros temen que un intento de confrontación directa con Trump o de interrumpir el acto pueda resultar contraproducente.
Nadine Bloch, una organizadora local con larga experiencia en protestas, dijo que si bien el discurso podría dar la oportunidad de que activistas izquierdistas aparecieran ante las cámaras de televisión y alcanzar a una gran audiencia, también hay un riesgo de que los manifestantes se sobrepasen y acaben recibiendo acusaciones de que arruinaron el 4 de Julio.
Adam Eidinger, un destacado activista local, opinaba que los intentos de interrumpir el discurso serían fáciles de sofocar alegando motivos de seguridad.
“Creo que es una trampa para que la oposición salga y estropee el 4 de Julio”, señaló.