Ucrania y Rusia se encuentran en medio de una guerra de declaraciones luego que el Kremlin asegurara el jueves que Kiev infiltró saboteadores en Crimea para dañar su “infraestructura crítica”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha llegado a decir que el plan de sabotaje es la razón por la cual decidió abandonar las conversaciones de paz programadas en Normandía.
Funcionarios ucranianos aseguran que la misión de sabotaje es “pura fantasía” del Kremlin y un pretexto para una escalada importante en el conflicto en el este de Ucrania que data de hace dos años.
Hasta ahora, Moscú no ha presentado al grupo de saboteadores que dice haber detenido durante el fin de semana cerca de la ciudad de Armyansk.
El Servicio de Seguridad Ruso, FSB, ha identificado a un sospechosos de pertenecer al grupo —Yevhen Panov, un exsoldado ucraniano— cuya familia insiste en que desapareció el 6 de agosto cuando visitaba a un amigo en Zaporishya, en la frontera con Crimea.
Un cuñado de Panov, Ihor Kotelianest, que habló con la Voz de América desmintió las acusaciones rusas y aseguró que Panov ha trabajado como motorista y mecánico eléctrico en la planta nuclear de Zaporishya desde que salió del ejército, aunque reconoció que es parte de una fuerza local de autodefensa.