Representantes de más de 190 naciones se reunen, en Copenhague, para la mayor conferencia internacional sobre cambio climático jamás realizada. La conferencia de dos semanas de duración busca controlar las emisiones de carbono a las que se atribuye el calentamiento global.
Un alto funcionario de las Naciones Unidas pidió $30.000 millones de dólares en ayuda para asistir a los países pobres a disminuir sus emisiones.
El director de la ONU para cambio climático, Yvo de Boer, describió los fondos de emergencia de las naciones ricas, como la propuesta apoyada por la Unión Europea, como una “urgente necesidad”.
“Se terminó el tiempo. Durante las próximas dos semanas, los gobiernos tienen que generar una respuesta enérgica y a largo plazo para los desafíos del cambio climático”, insistió Boer.
Conversaciones previas a la cumbre no han logrado generar consenso sobre cuánto deben contribuir las naciones ricas para ayudar a los países más pobres a desarrollar industrias limpias. Las naciones en vías de desarrollo también exigen que los países se comprometan a reducciones más profundas de sus emisiones de carbono.
Durante la semana pasada, Sudáfrica ofreció reducir sus emisiones de gases de invernadero en un 34 por ciento para 2020 y un 42 por ciento para 2025, condicionado a un más amplio acuerdo y ayuda financiera.