En medio de una fuerte seguridad, Finlandia se prepara para la cumbre entre los líderes de Estados Unidos y Rusia, mientras las protestas que recibieron a Trump en Bélgica, Gran Bretaña y Escocia, lo han seguido a Helsinki.
Esta es época de vacaciones en la nación europea, pero funcionarios y policías han sido reclutados para trabajar en el histórico encuentro entre Donald Trump y Vladimir Putin.
Miles de policías, guardacostas y rescatistas que estaban de vacaciones tuvieron que regresar para ayudar a controlar las manifestaciones. El viernes, el gobierno reintrodujo los controles para los viajeros de la zona Schegen, los 26 países que forman el área de libre movimiento europea, con el fin de "identificar a la gente que pueda presentar un riesgo".
Aunque las protestas son menos multitudinarias que las anteriores en las ciudades que Trump ha visitado en esta gira, son igual de enfáticas, como pudieron apreciar los enviados especiales de VOA a la cumbre, Gesell Tobías y Celia Mendoza.
Uno de los manifestantes, Alex Munive, un colombiano que vive desde hace 20 años en Finlandia y asiste a la protesta con su hijo, conversó con la periodista de la VOA, Celia Mendoza.
También hay muchos finlandeses contentos de que la cumbre se realice en su país, una nación de 5.5 millones de personas que por unas horas será el centro de atención del mundo.
La cita entre Trump y Putin, la primera cumbre oficial entre los líderes de las dos mayores potencias nucleares del mundo, se lleva a cabo en medio de fuertes tensiones, después de que el viernes el Departamento de Justicia de EE.UU. anunciara sanciones contra 13 individuos rusos por haber accedido ilegalmente y divulgado información de cuentas del Partido Demócrata durante las elecciones de 2016, con la intención de ayudar a elegir a Trump a la presidencia.
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Diplomáticos tanto de Estados Unidos como de Rusia han tratado de disminuir las expectativas para el encuentro del lunes en la capital finlandesa que puede durar entre tres a cuatro horas.
Exfuncionarios estadounidenses han expresado preocupación desde que se anunció la cita, acerca de que ha habido muy poco trabajo preparatorio por parte de la Casa Blanca antes de la importante reunión. Líderes europeos también están temerosos del resultado de la cumbre, temiendo que Trump pueda apostar demasiado a su química personal y al brillo más que a la sustancia.
Trump ha dicho que discutirá con Putin las acusaciones de la interferencia Rusia en las elecciones estadounidenses de 2016, pero al mismo tiempo señaló en Gran Bretaña que no espera que el líder ruso lo reconozca.
No se ha definido una agenda formal, pero se espera que Siria, y el control de armas, las políticas de la OTAN y la ciberseguridad, sean los mayores temas a discutir.
Aprovechando el encuentro de Trump y Putin, también se reunirán al margen de la cita los jefes diplomáticos de ambos líderes, el secretario de Estado, Mike Pompeo y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.