El gobierno de Estados Unidos ha tratado de paliar las consecuencias negativas de la crisis en la cadena de suministro con medidas pero, de momento, han sido insuficientes porque los principales puertos de entrada del país, a través de los cuales se distribuyen las mercancías, continúan colapsados.
Hace unas semanas, el director ejecutivo del puerto de Los Ángeles, Gene Seroka, admitió que “la demanda sigue siendo fuerte” a pesar del incremento de precios de los productos a causa de la inflación. “Si bien los consumidores estadounidenses se han vuelto más conscientes de los precios, la demanda general sigue siendo fuerte”, comentó Seroka.
Las causas de la crisis en la cadena de suministro
Todo empezó cuando se interrumpió la producción de ciertos artículos debido a la pandemia del coronavirus y el confinamiento decretado por las autoridades. Eso tuvo consecuencias directas en el transporte ya que esos productos dejaron de distribuirse.
Cuando se aliviaron las medidas restrictivas, la población empezó a consumir, pero la oferta era mucho más grande que la demanda, los productores no daban abasto y no había suficientes camioneros dispuestos a trabajar en esas condiciones laborales.
En los últimos tiempos, la falta de leche de fórmula para bebés se agravó no solo por los problemas de producción, sino que, además, se tuvieron que paralizar algunas producciones porque se encontraron polvos contaminados. Esa situación hizo que la Casa Blanca acabara interviniendo para abordar esta problemática que se había convertido en una auténtica crisis nacional.
Amazon y su solución a los problemas de distribución
Esos problemas con la distribución se han visto en todos los niveles. También en Amazon, la tienda en línea más grande del mundo con base en Seattle, Washington. Sin embargo, según cuentan fuentes de la compañía a la Voz de América, la empresa se adaptó rápidamente a la situación.
A pesar de que una gran parte de las operaciones se realizan a través de robots, la compañía aclara que el trabajo más esencial se hace con trabajadores de carne y hueso, por lo que se vieron obligados a contratar a miles de personas con el objetivo de reducir al máximo el impacto por esta situación.
“Nosotros contamos con cientos de robots que mueven la mercancía de una estación a otra, pero también tenemos miles de empleados que son los que logran que esos paquetes entren y salgan de este edificio para llegar al cliente final”, comentaba Joseph Fajardo, responsable de operaciones del centro de distribución de Amazon en Miami, cuyas instalaciones son las más grandes que hay en todo el mundo.
Aumento de contratación durante la pandemia
Desde 2019 -justo antes de la pandemia- hasta ahora, solo en este lugar se han empleado a más de 1.200 trabajadores adicionales, lo que, de alguna manera, refleja cómo empresas de este tipo han tenido que afrontar la alta demanda y así suplir las necesidades del mercado.
“Lo que hacen los robots aquí es facilitar el trabajo de los empleados”, insiste Fajardo al tiempo que se muestra convencido por las instalaciones de última generación que se han construido en todo el país para agilizar los envíos gracias a los robots.
“(Los robots) limitan el movimiento de los trabajadores. En un almacén tradicional, el trabajador tendría que ir a buscar la mercancía, pero en un almacén de Amazon el robo te trae la mercancía para que usted no tenga que ir a buscarla”, relata.
Las entregas, garantizadas
El próximo 12 y 13 de julio, la compañía de Seattle celebra el “Prime Day”, que es una especie de venta anual con precios rebajados a través de internet. Fuentes de la empresa reconocen que estos días son equiparables a los del Viernes Negro o las fiestas de final de año, cuando se realizan millones de compras a través de su plataforma.
Amazon asegura que gracias al aumento de su plantilla en todo el mundo, los envíos están garantizados en los plazos que se determinan.
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