El modelo de gobierno del chavismo se ha sustentado en una fórmula que parece una política pública, pero que termina alimentando su maquinaria electoral y el control sobre sus simpatizantes para la votación presidencial de julio en Venezuela, explicaron expertos a la Voz de América.
El presidente Nicolás Maduro inauguró el 20 de mayo de 2022 un nuevo programa de su poder ejecutivo conocido como “el 1x10 del buen gobierno”, con el que buscó “renovar la conexión e interacción” con los venezolanos y administrar el Estado de forma más eficiente, de acuerdo con sus discursos públicos y publicaciones de sus ministerios y dependencias.
El “1x10” se fundamenta en una red interactiva que incluye los datos personales de la gente en todas las regiones del país para solucionar sus problemáticas en sectores y servicios como el agua, la salud, la educación, el gas, la electricidad, las infraestructuras y las telecomunicaciones.
Para obtener respuestas de parte de las instituciones oficiales a través del “1x10”, el solicitante debe registrarse y presentar su requerimiento en plataformas digitales, como el Sistema Patria y la aplicación VenApp.
Este mayo, Maduro celebró que había 4 millones de “casos resueltos” a través de esa fórmula de gestión. La mayoría de las denuncias tenían relación con el servicio del agua y gobernaciones, alcaldías y ministerios habían sido clave en el modelo, ha dicho.
La efectividad de “respuesta” del oficialismo a esos casos era de 80 %, detalló, pero el jefe de Estado fijó como meta a sus colaboradores que esa tasa de solicitudes atendidas se elevara hasta 95 % en julio, es decir, en las vísperas de la elección presidencial, que está prevista para el domingo 28.
Mientras el mandatario afirma que su modelo es exitoso y le ha ayudado a eliminar la burocracia y la corrupción, especialistas advierten sobre su alcance político y electoral con uso de recursos del Estado.
Recursos estatales con fines políticos
El ”1x10” permite al gobierno venezolano disponer de recursos del Estado, sus medios de transporte, sus programas sociales y hasta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) con fines comiciales, aseguró a la Voz de América el politólogo Luis Salamanca.
“Ya el 1x10 ha sido asumido por el gobierno como una política pública y es electoral”, dijo, advirtiendo de las “condiciones adversas” en la votación para el antichavismo, como las dificultades para registrar a tiempo una candidatura respaldado por todos los partidos opositores y la incertidumbre de su suspensión antes de la votación de julio.
Para el politólogo Jesús Castellanos, especialista en asuntos electorales, el “1x10” no constituye una política pública en sí, sino un “mecanismo de organización” para movilizar el voto a favor del gobierno de Maduro.
Casualmente, el modelo de organización de la militancia del partido de gobierno fue bautizado como “1x10” hace años y el chavismo lo ha utilizado para ganar elecciones como las regionales de noviembre de 2021.
En lo político, se fundamenta en el compromiso de cada militante de captar 10 votos a favor de la llamada revolución bolivariana.
Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, ha exigido que la estructura del "1x10" de esa organización sea "verificable y auditable". Maduro, por su lado, estimó el domingo que esa fórmula le permitirá "ganar por nocaut" el 28 de julio, llamándola "la maquinaria electoral más organizada, disciplinada, motivada y más poderosa" del chavismo.
El gobierno “juega a darle esa denominación a otras acciones de gobierno, disfrazándolas, cuando en realidad constituyen un mecanismo de movilización político - electoral”, aseguró Castellanos, por su parte.
La multiplicación de simpatizantes de una causa política no es exclusiva del PSUV ni del chavismo, sino que ha sido un modelo adoptado por diferentes gobiernos y países a lo largo de los años, explicó el doctor en ciencias políticas Daniel Varnagy.
Son fórmulas conocidas académicamente como “métodos de escalación” de corte “populista”, dijo. Venezuela tiene una cultura política tradicionalmente marcada por el paternalismo del Estado, el “peticionismo” de la gente y el populismo, subrayó.
“A través de un esquema o sistema base de multiplicación de adeptos, hay la promesa de una contraparte en especias. Es una forma más de llevar adelante una fórmula populista para obtener un beneficio: quienes no se suscriban no lo van a tener”, afirmó a la VOA.
En el caso del chavismo, esas “especias” solían ser alimentos a precios preferenciales conocidos como las cajas CLAP, cuya logística orquestan los concejos comunales, indicó Varnagy.
Ahora, la ganancia de sumarse al “1x10” es tener acceso a servicios públicos eficientes. “No es un invento nuevo. En este caso, se busca asegurar el votante, que acude de manera controlada a la elección presidencial. Lo hemos vivido en otras elecciones donde una persona tiene que llevar a 5, en los tiempos del expresidente Chávez”, apuntó.
El objetivo es electoral
Castellanos, por su parte, resaltó que el chavismo ha encausado varios de sus programas con la misma denominación del “1x10” que utiliza el partido de gobierno, cuyo uso de recursos públicos a favor de sus intereses electorales ha sido “grosero”, alertó.
“Son parte de un mismo conjunto. Para el gobierno de Maduro, es fundamental el ‘1x10’, porque le permite tener un acercamiento más claro con quienes lo apoyan o al menos con los que están dispuesto a votar por él o que al menos dicen eso”, dijo a la VOA.
Varnagy, por su parte, insistió en que el “1x10” mostró desde sus inicios que “era realmente un esquema multiplicador de lo político” y su planteamiento consistía en “una cierta forma de proselitismo” que, en ese momento, no tenía un propósito electoral próximo.
Ahora, con una elección determinante para la continuidad del chavismo a la vuelta de la esquina, el caso es otro y el gobierno busca “remontar” su caída en la preferencia popular de los últimos años, señaló.
Según la mayoría de las encuestas, el presidente Maduro apenas ronda el 20 % de buena valoración de su gestión y la intención de voto a su favor oscila entre los 20 y los 30 puntos. Edmundo González Urrutia, de la opositora Plataforma Unitaria, lidera esos sondeos con más de 50 %.
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