Aunque la venezolana Sandra Bustamante pensó que, al salir de su país, conseguir educación para sus tres niñas en Colombia era una tarea complicada, la experiencia le mostró otra realidad.
Después de llegar de Valencia, Venezuela, hasta la ciudad colombiana de Cúcuta, hace cuatro años, logró no solo que sus pequeñas ingresaran a un centro educativo, sino que incluso recibieran beneficios como el de recibir refrigerios.
“Yo llegué acá y el rector me atendieron bien. Tengo tres niñas y a las tres me les dieron… Cuando empezó la pandemia nos daban un mercadito y ahorita último volvieron con el refrigerio, leche, pan, frutas”, el contó Sandra a la Voz de América.
Para ella, la educación que reciben sus hijas es “buenísima”. Incluso dice que le gusta lo “fuertes” que son los profesores, opinión que comparte su hija Valentina Hernández, estudiante del Colegio San José.
“El colegio, a mí me parece muy lindo, educan bien, los profesores son chéveres. Mee gustan que sea duros, que sean fuertes… Me daban el refrigerio, cuando comenzó la pandemia era puro mercadito, mejor, y ya ahora puro refrigerio, bien”, dice la niña de 12 años.
Según la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, el hemisferio occidental ya suma el 25% de la población global de migrantes y refugiados en el mundo. Colombia ha recibido 1,7 millones de migrantes venezolanos, de acuerdo con cifras de la autoridad migratoria.
Este país ha adoptado políticas de asimilación establecidas por el gobierno de Colombia para hacer frente al reto de la masiva migración y para que venezolanos, como Sandra y Valentina, reciban apoyo en áreas básicas, como la educación y la salud.
Políticas en Colombia
Lucas Gómez, gerente de Fronteras Presidencia de Colombia, en entrevista con la VOA, explicó que su país busca controlar el ingreso de migrantes, de manera segura, “que realmente podamos identificar a las personas que entran, brindarles dignidad, brindarles unos primeros auxilios y eso que no sea solo un momento, sino en una ruta definida en unos puntos específicos”.
Según Gómez, los centros de atención sanitarios, como el que se ubicó en el sector de ‘Tienditas’, permitieron, en su momento, brindar “dignidad, tranquilidad y orden a la migración que estaba retornando hacia Venezuela”.
En ese momento, dijo el gerente, se entendió que la migración cambió y que cada vez se iban a presentar más ingresos de la población migrante.
En cuanto a los recursos destinado a la migración venezolana, Gómez aseguró -sin decir una cifra exacta- que el Gobierno ha girado unos recursos importantes a la gobernación de Norte de Santander par hacer frente a la seguridad privada, electricidad y agua potable. Además de la responsabilidad que asume cooperación en el tema de atención humanitaria.
“Aquí también estamos trabajando con las comunidades de acogida”, aseguró Gómez, quien añadió que acompañan además a los migrante que caminan por varias rutas del país.
“Tenemos dos rutas que hemos definido, Arauca y Norte de Santander. Aquí en Arauca, hacemos la ruta hasta Yopal y luego entra a Boyacá, Bogotá y sale hacia el sur del país. Y desde el norte de Santander, llegando a Bucaramanga, seguimos a Boyacá y nuevamente a Bogotá y el sur del país”, explica Gómez.
El reto de la atención a gestantes
De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, en el país se han registarado más de tres millones de casos que involucran atención médica para los migrantes venezolanos. El hospital Erasmo Meos, en Cúcuta, es uno de los mayores receptores de pacientes
Mario Galvis, médico ginecólogo y obstetra, coordinador de Ginecología del Hospital dice que las estadísticas demuestran que el 82% de las usuarias del servicio son personas procedentes de Venezuela.
Al día, agrega, nacen en promedio entre 20 y 25 nacidos vivos al día, de los cuales el 80% son de madres venezolanas.
La crisis del vecino país, dice el doctor, influye en los servicios de salud que las gestante puedan recibir en la ciudad de Cúcuta para recibir una adecuada atención en su embarazo, control prenatal, parto posparto. Muchas de ellas regresan y otras deciden radicarse en el país con su familia buscando alternativas para su sobrevivencia.
“Estamos recibiendo 4.504 recién nacidos de madres venezolanas. Si nosotros lo miramos en el contexto nacional, estamos recibiendo del 25 al 30% de los nacidos vivos en Colombia”, dijo el médico a la VOA.
Las que tienen más recursos, llegan a las ciudades grandes, pero las más vulnerables se quedan en la ciudad fronteriza, dice el médico.
“La paciente aquí se puede presentar única y exclusivamente con su cédula de ciudadanía venezolana y recibirá la atención que merece sin restringirla”, explica el doctor, quien agrega que muchas pacientes llegan con un alto riesgo obstétrico con complicación que afectan el embarazo.
“Ellas llegan con condiciones nutricionales complejas, enfermedades sobreagregadas como hipertensión inducida por el embarazo, pacientes con problemas de sífilis gestacional… Ellas normalmente llegan a Cúcuta sin conocer su hemoclasificación. Eso quiere decir que no han recibido ningún tipo de atención médica en el vecino país”, dice el médico.
Aparte de las complicaciones médicas, se asocian todos los riesgos que tienen las pacientes de pasar por una trocha, de llegar desde sitios apartados en trayectos supremamente largos. A eso se le suma, dice el doctor Galvis, la mínima posibilidad que tienen de tomar las medidas de protección para hacer frente a la pandemia.
De acuerdo a cifras del Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos, de millón 700 mil venezolanos que han inmigrado a Colombia, alrededor de 760.000 cuentan con estatus regular. De ellos, alrededor del 95% tiene vocación de permanencia en Colombia.
De acuerdo con cifras de Migración Colombia, Norte de Santander es el departamento que más alberga venezolanos, con un total de 187.854 personas, esto por la ubicación geográfica que está en la línea limítrofe.
A pesar del alto costo político que esta asimilación representa para el mandatario Iván Duque, la comunidad internacional y ACNUR buscan que su decisión se replique en otras naciones receptoras, como una de las pocas vías sostenibles para hacer frente al reto migratorio.
Según un informe de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Migrantes y Refugiados Venezolanos RV4, de este año, más de 5,4 millones de refugiados y migrantes de Venezuela están afuera de su país de origen, con un estimado de 4,6 millones adentro de la región.
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