![El Comité Judicial del Senado inicia este jueves el debate sobre la reforma migratoria en Estados Unidos. [Foto: Mitzi Macías, VOA].](https://gdb.voanews.com/22b7dded-f9c1-4c59-bb1b-8ba867214ddc_cx15_cy8_cw84_w250_r1_s.jpg)
Como minas explosivas, unas 300 enmiendas en un amplio rango de temas amenazan el proyecto de reforma migratoria que comienza a discutirse este jueves en el Senado de Estados Unidos.
El proyecto, obra de ocho senadores demócratas y republicanos, tiene ya 844 páginas, que contemplan cuatro ejes básicos con los que se propone reforzar la seguridad en las fronteras, proporcionar nuevas vías para que vengan trabajadores legalmente a Estados Unidos, castigos contra empleadores que contraten a personas que estén en el país sin permiso y la ciudadanía a millones de personas sin permiso que ya residen en la nación.
Se espera que la Comisión Judicial del Senado analice el proyecto y los cambios propuestos durante las próximas dos semanas, para luego remitirlo a la Cámara de Representantes donde enfrentará otro proyecto paralelo y cuando menos, otras enmiendas.
Las enmiendas se centran especialmente sobre el tema de la seguridad fronteriza.
Ese es el caso de la propuesta del Senador por Iowa Charles Grassley, principal republicano en la comisión, quien propone prohibir que cualquiera obtenga estatus legal hasta que el departamento de Seguridad Nacional haya mantenido un " control efectivo" de la frontera durante seis meses, un estándar potencialmente difícil de conseguir, dependiendo de cómo sea definido.
Los defensores de la reforma piensan que tales medidas están diseñadas para socavar componentes cruciales de la iniciativa de ley y alargar la discusión innecesariamente, pero otros como el senador republicano Marco Rubio, han dicho que las medidas fronterizas necesitan ser más fuertes, y que es posible hacer algunos cambios.
En la Comisión del Senado solo participan cuatro miembros del Grupo de los Ocho –los legisladores demócratas Chuck Schumer de Nueva York y Dick Durbin de Illinois y los republicanos Lindsey Graham de Carolina de Sur y Jeff Flake de Arizona—quienes se espera mantengan la cohesión para defender el proyecto.
El proyecto, obra de ocho senadores demócratas y republicanos, tiene ya 844 páginas, que contemplan cuatro ejes básicos con los que se propone reforzar la seguridad en las fronteras, proporcionar nuevas vías para que vengan trabajadores legalmente a Estados Unidos, castigos contra empleadores que contraten a personas que estén en el país sin permiso y la ciudadanía a millones de personas sin permiso que ya residen en la nación.
Se espera que la Comisión Judicial del Senado analice el proyecto y los cambios propuestos durante las próximas dos semanas, para luego remitirlo a la Cámara de Representantes donde enfrentará otro proyecto paralelo y cuando menos, otras enmiendas.
Las enmiendas se centran especialmente sobre el tema de la seguridad fronteriza.
Ese es el caso de la propuesta del Senador por Iowa Charles Grassley, principal republicano en la comisión, quien propone prohibir que cualquiera obtenga estatus legal hasta que el departamento de Seguridad Nacional haya mantenido un " control efectivo" de la frontera durante seis meses, un estándar potencialmente difícil de conseguir, dependiendo de cómo sea definido.
Los defensores de la reforma piensan que tales medidas están diseñadas para socavar componentes cruciales de la iniciativa de ley y alargar la discusión innecesariamente, pero otros como el senador republicano Marco Rubio, han dicho que las medidas fronterizas necesitan ser más fuertes, y que es posible hacer algunos cambios.
En la Comisión del Senado solo participan cuatro miembros del Grupo de los Ocho –los legisladores demócratas Chuck Schumer de Nueva York y Dick Durbin de Illinois y los republicanos Lindsey Graham de Carolina de Sur y Jeff Flake de Arizona—quienes se espera mantengan la cohesión para defender el proyecto.
