La 25 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP25) fue inaugurada este lunes en Madrid, con la presencia de delegados de casi 200 países y la incertidumbre sobre lo que se podrá lograr en materia de compromisos entre las naciones más pobres y las más ricas.
La cumbre fue inaugurada por la presidenta de la conferencia y ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, quien dijo en su discurso de apertura que los que se nieguen a ajustarse a las crecientes temperaturas del planeta “quedarán en el lado equivocado de la historia”.
Schmidt señaló que la cumbre debe sentar las bases para avanzar hacia economías con emisiones neutras de dióxido de carbono y al mismo tiempo sensibles con los más pobres y los más vulnerables al alza de las temperaturas.
Eso incluye crear un sistema funcional de canje de emisiones internacionales y compensaciones para los países pobres por las pérdidas que sufran debido a la subida del nivel del mar y otras consecuencias del cambio climático.
La ministra llamó a una “transición justa, sin dejar a nadie atrás”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también habló en la inauguración, advirtiendo que “estamos a punto de alcanzar un punto de no retorno. Los jóvenes saben que tenemos que tomar decisiones cuanto antes y la COP25 es nuestra oportunidad".
"Espero que todos los gobiernos sean capaces de comprometerse a revisar su ambición en la reducción de emisiones para vencer a esta urgencia climática", agregó Guterres.
Esta cumbre arrancó con la ausencia de delegados gubernamentales de Estados Unidos, Gran Bretaña, la India, China y Brasil, precisamente los países señalados como más contaminantes de CO2.
Estados Unidos, sin embargo, está representado por una delegación de 13 congresistas demócratas encabezada por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que quieren expresar su respaldo a las políticas de protección medioambiental frente a la postura de la Casa Blanca y del presidente Donald Trump.
Los informes que se han publicado durante los días previos a la cumbre alertan de que los niveles de concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero han alcanzado máximos históricos, y que sería necesario multiplicar hasta por cinco los esfuerzos para reducir esas emisiones y evitar los impactos más catastróficos del cambio climático.
La cumbre, que se celebra entre el 2 y el 13 de diciembre en Madrid, se trasladó a la capital española tras la renuncia de Chile en medio de protestas contra el gobierno del país suramericano. El objetivo de las conferencias es concretar las normas que regulan el Acuerdo de París de 2015.