Promociones a cambio de pagos en divisas en efectivo o uso de la tasa a dólar promedio, son algunas de las alternativas a las que los comerciantes venezolanos han recurrido para evitar grandes pérdidas por la brecha entre el dólar paralelo y el dólar oficial.
Y es que, luego de experimentar meses de relativa estabilidad, el mercado de divisas en el país registró un alza importante entre octubre y diciembre de 2024, lo que originó una brecha cambiaria entre ambas tasas, que incluso llegó a tener una diferencia de 10 puntos durante el mes de octubre.
En Venezuela, país donde hace un par de años el uso del dólar se acrecentó, existen dos referencias para la venta y compra de divisas. El dólar oficial, que es la tasa que dicta diariamente el Banco Central de Venezuela (BCV), y el dólar paralelo, que actualmente se publica a través de una cuenta de Instagram y se rige por el precio de esta moneda en casas de cambio y en la frontera con Colombia.
La existencia de dos tasas cambiarias ha originado un uso a conveniencia por la más alta. En comercios, supermercados y establecimientos oficiales, la referencia es la tasa del BCV. Sin embargo, en comercios informales, proveedores en la frontera, entre otros, la tasa que se estipula es la paralela. Esto supone una traba, especialmente para comerciantes, quienes deben comprar a una tasa distinta a la que tienen permitido vender.
Brecha cambiaria: suben los precios, bajan la clientela
Sandra María Pavón, que lleva tres años vendiendo paquetes de maní y otros frutos secos en un mercado ubicado en el este de Caracas, dijo a la Voz de América que la situación con el dólar a finales de 2024 “fue fuerte”. “Hay semanas en la que cuando teníamos que comprar mercancía no nos alcanzaba para comprar ni la mitad”, afirmó.
Pavón dijo que en su experiencia, la problemática surge porque debe comprar mercancía a tasa paralela, pero al estar instalada en un mercado que se rige por el ordenamiento de la Alcaldía de Baruta, está obligada a vender sus productos a tasa oficial, lo que supone una pérdida importante de sus ganancias.
“Deberían regular los negocios grandes para que los comercios pequeños podamos trabajar igual, pero no, regulan a los pequeños”, agregó la comerciante, quien reconoce que esta situación la obligó a aumentar precios para poder subsistir. Eso, a su vez, hizo que ahora tenga menos clientes.
Resistir y adaptarse
El venezolano Roberto González también es comerciante y se dedica a la venta de pollo y otras proteínas en un mercado popular en el este de Caracas. Como otros, ha experimentado en su negocio las consecuencias de la brecha entre las tasas de cambio.
“Nos hemos tenido que adaptar (...) Una parte de mi mercancía la adquiero en bolívares, pero otra la puedo adquirir con divisas en efectivo y para eso dependo de la cantidad de dólares que recibo en las ventas”, afirma.
Agrega que para comprar mercancía con dólares en efectivo aún no ha tenido que recurrir al mercado negro, donde las divisas se ofertan incluso a una tasa más alta que el paralelo.
Pese a estos inconvenientes, dice que no ha establecido promociones especiales para estimular el pago en dólares en efectivo. Lo que hizo fue aumentar un poco los precios para que su negocio no genere pérdidas.
En el mismo mercado está Jackeline Chávez, quien vende pescado y huevos desde hace unos 10 años. En su caso, cuenta que para evitar las pérdidas que deja la brecha cambiaría, acuerda con sus proveedores que cancela la mercancía a la misma tasa a la que la venda, tasa la oficial.
“A nosotros nos facturan en dólares y el día que cancelamos hay algunos proveedores que reciban al BCV y otros a paralelo. Cuando eso sucede buscamos la manera de cómo nivelar la factura para evitar no tener pérdida (...) Por lo general no pierdo porque si me pagan en BCV, yo pago a BCV”, detalla.
Las promociones como recurso para navegar en el mercado
Los pequeños y grandes comercios obligados a vender a la tasa oficial han recurrido a diversos métodos para no generar pérdidas en sus negocios. Uno de los métodos más recurrentes es incentivar el pago en divisas en efectivo por medio de promociones. Durante un recorrido, la VOA constató cómo este método ha ganado popularidad para incentivar el comercio.
En un puesto de venta de desayuno, ubicado en el este de Caracas, se ofertan dos pasteles por 1 dólar si se cancela con dólares en efectivo. En restaurantes y otros comercios de comida visitados para este reportaje existen descuentos de hasta el 20 % si el pago se realiza en dólares. Algo similar ocurre en tiendas por departamentos y centros comerciales, donde el precio puede variar si el cliente paga en efectivo o si lo hace en bolívares.
En el sector del turismo los empresarios también han recurrido a este tipo de promociones para preservar su margen de ganancias. Varias agencias consultadas por la VOA ofrecen paquetes a destinos turísticos como la isla de Margarita (estado Nueva Esparta) por el precio que oscila entre los 80 y 90 dólares, siempre que el cliente pague en divisas. La promoción es diferente si el pago se efectúa en bolívares de acuerdo con la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela.
Otro método empleado por comerciantes, especialmente los que operan en la economía informal, es cobrar la tasa promedio, que se calcula a través de una estimación entre la tasa oficial y la tasa paralela.
Todas estas alternativas buscan mantener el comercio activo y evitar pérdidas en un país que cerró el año 2024 con una inflación de 85 %, de acuerdo con cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
En el cuarto trimestre de 2024, el Banco Central de Venezuela (BCV) perdió 632 millones de dólares para tratar de contener la caída del bolívar frente al dólar, indicó OVF.
“La brecha entre el dólar paralelo y el oficial alcanzó en 2024 su mayor nivel desde 2022 al registrar 27 %”, de acuerdo con la entidad independiente.
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