Por cuarto día consecutivo se espera que este domingo los colombianos continúen las movilizaciones en contra del gobierno del presidente Iván Duque, mientras el mandatario inicia un diálogo con alcaldes y gobernadores buscando una nueva forma de gobernar.
Varios miles de colombianos prolongaron el sábado las protestas contra el presidente Iván Duque con cacerolazos hasta entrada la noche, en la más reciente muestra de rechazo a su gobierno conservador.
Ciudadanos frustrados se congregaron en Bogotá, incluso afuera de una residencia no oficial del impopular gobernante, para protestar con gritos, bailes y pancartas que hacían señalamientos sobre diversas dificultades sociales y económicas.
"Fuera Duque", gritaban algunos. "Sin Violencia", gritaban otros.
Las protestas coronaron una jornada de manifestaciones más pequeñas después de una de las movilizaciones de más grande escala en la historia reciente en Colombia.
Las autoridades mantienen una fuerte presencia policial y militar en medio de diseminados focos de agitación tras la protesta callejera del jueves de unas 250.000 personas.
El general Luis Navarro informó el sábado en conferencia de prensa que 7.000 efectivos permanecen desplegados por toda Bogotá para garantizar la seguridad.
El presidente Duque confía en apaciguar las protestas con un diálogo nacional previsto para comenzar el domingo, cuando se reúna con alcaldes y gobernadores.
"En el transcurso de la semana continuaremos diálogos con diferentes sectores sociales", dijo Duque en un tuit.
Las movilizaciones en Colombia se inscriben en la reciente ola de agitación que ha sacudido a varios países de América Latina, con protestas en Chile, Bolivia y Ecuador.
Los inconformes protestan contra diversos problemas como la desigualdad económica, la corrupción y dirigentes políticos que han perdido el apoyo popular.
"Fue la suma de muchas inconformidades", dijo Patricia Muñoz Yi, profesora de la Pontificia Universidad Xavierana en Bogotá.
Horas antes el sábado, una multitud de cientos de personas fue dispersada con gas lacrimógeno y un manifestante adolescente resultó herido de gravedad en Colombia.
Duque dijo que ordenó una investigación urgente para determinar al responsable de lo sucedido al joven. "Nuestra solidaridad con su familia", afirmó el mandatario.
Preocupación internacional
La violencia en Colombia ha preocupado a la comunidad internacional. El sábado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó por medio de su portavoz Stéphane Dujarric que “reconoce el espíritu mayormente pacífico que caracterizó las marchas del 21 de noviembre y acoge con agrado la disposición del Gobierno de entablar un diálogo”, aunque “observa con preocupación los incidentes de violencia y vandalismo”.
La delegación de la Unión Europea en Colombia, que también celebró la iniciativa del presidente de abrir un diálogo con líderes sociales y políticos, señaló que la gran mayoría de los ciudadanos que salieron a las calles han venido ejerciendo pacíficamente su derecho legítimo a la protesta, “dando muestras de civismo y respeto en la expresión de sus demandas y aspiraciones”.
En un comunicado, la delegación deplora la pérdida de vidas y rechaza con firmeza la violencia, al tiempo que insta a las autoridades a investigar y llevar a la justicia a los responsables.
El embajador de EE.UU. en Colombia, Philip S. Goldberg, se pronunció en Twitter tras el primer día de las protestas, elogiando "la vitalidad de la democracia colombiana".
La Embajada de EE.UU. en Bogotá, ha venido informando a los ciudadanos estadounidenses sobre las protestas y alertando para que tomen precauciones.
Con información de AP