El descontento de los colombianos con el presidente conservador Iván Duque los llevó a convocar el jueves un paro nacional y una ola de protestas en demanda de reformas laborales y al sistema de pensión.
Diferentes sectores, incluso hasta la propia Iglesia Católica, defendió la movilización.
Monseñor Oscar Urbina señaló que “El cansancio y el descontento que están manifestando ciertas movilizaciones ciudadanas revelan problemas graves que no hemos logrado superar que tiene su origen en la corrupción, la inequidad social, el desempleo”.
Se espera que los sindicatos, grupos de estudiantes y ciudadanos comunes se unan a lo que podría ser una de las manifestaciones más grandes de la nación en los últimos años, probando a un gobierno impopular a medida que los disturbios se apoderan de la región.
Este jueves se nota congestión en el servicio público en diferentes sectores de la ciudad de Bogotá, debido al paro y las marchas organizadas a nivel nacional. Hay muy poco transporte particular y algunas personas se movilizan a pie o prefirieron no salir de sus hogares.
La convocatoria del paro ha merecido una especial atención de parte del gobierno, que teme que la jornada de protesta degenere en disturbios como los ocurridos en países del área como Ecuador y Chile.
Por ello, mediante un decreto presidencial los alcaldes podrán adoptar restricciones como el toque de queda, la ley seca y la prohibición a portar armas, además se ordenó el cierre de los 12 puntos fronterizos del país, como “una medida que busca evitar que extranjeros ingresen al territorio nacional con el ánimo de alterar el orden público y la seguridad”, indicó el director de Migración Colombia Christian Krüger.
En los últimos días más de 20 extranjeros han sido expulsados del país por las autoridades migratorias, por su presunta relación con el gobierno venezolano y grupos extremistas chilenos y ecuatorianos.
Estudiantes, líderes sociales, maestros, artistas, pensionados, comunidades afro e indígenas, personas LGBTI, trabajadores y algunos transportadores, son parte de los convocantes a las manifestaciones, que se desarrollarán en Colombia para protestar, entre otros temas, en contra de políticas del gobierno nacional.
Entre tanto, el presidente colombiano, Iván Duque, ha reiterado que el gobierno garantiza el derecho a la protesta pacífica, pero se reprimirán las acciones violentas.
"La protesta pacífica es un derecho que además está reconocido en nuestra Constitución y es deber del Estado garantizarla, pero también debemos ser claros, muchas veces han llegado vándalos a tratar de pescar en río revuelto para afectar los derechos y libertades de otros ciudadanos y eso no lo podemos permitir", afirmó enfáticamente el primer mandatario colombiano.
Pese a que la policía y las Fuerzas Militares de Colombia han intensificado sus operativos con el fin de prevenir hechos violentos durante las protestas, sus organizadores insisten en que la jornada del jueves, será pacífica.