Los dos candidatos demócratas, Hillary Clinton y Bernie Sanders, dijeron el domingo esperar con ansia la oportunidad de competir contra Donald Trump en la elección general.
En Flint, Michigan, los dos demócratas también buscaron establecer un contraste entre sus debates y los del campo republicano que a menudo están llenos de ataques personales. Sanders dijo que los republicanos están demostrando porqué su administración daría prioridad a la investigación en el campo de la salud mental.
En Flint, los 100.000 habitantes de la ciudad, la mayoría negros y muchos de ellos viviendo en la pobreza, han estado enfrentando una crisis de agua tóxica provocada por el gobierno local y la ineficiencia del gobierno estatal y federal.
Sanders abrió el debate, transmitido por CNN, diciendo que estaba “destrozado” por la imagen de las familias, incluyendo niños, siendo “envenenadas” por el agua tóxica de Flint. Dijo que la situación es una “desgracia” y dijo que subraya la necesidad de reconstruir la deteriorada infraestructura de Estados Unidos.
Clinton pidió a los gobiernos federales y estatales canalizar más fondos para arreglar el sistema de agua potable de Flint.
Ambos candidatos pidieron la renuncia del gobernador republicano de Michigan, Rick Snyder. Snyder tuiteó más tarde: “En unos cuantos días, los candidatos van a olvidarse de Flint y Michigan. Yo estoy comprometido con la gente de Flint”.
El debate también tuvo el intercambio más agudo hasta ahora sobre los planes económicos de los dos rivales demócratas, su conocimiento sobre el tema y el rescate de la quiebra de industria automovilística durante la recesión, un tema de especial interés para Michigan.