Ciudad Juárez es la ‘number one’, como bien decía Juan Gabriel. A esta ciudad, como a la moneda, se le han explorado las dos caras: Juárez feminicida, Juárez narcotráfico, Juárez violento. Y del otro lado Juárez con el mejor salario, Juárez (y El Paso) el área metropolitana binacional más grande del mundo, Juárez la frontera más grande del planeta (según el INEGI y Juan Gabriel). Sin embargo, recordemos que una moneda –aunque las probabilidades son remotas- también puede caer de canto. Es decir, ni cara ni cruz, justo en medio.
La ciudad ha sido vista desde perspectivas críticas simploides. Lo bueno y lo malo. Pero hay que explorar a Ciudad Juárez completo y el de canto de la ciudad, el punto ciego, es justamente la apatía social. La baja participación ciudadana en asuntos de la ciudad.
En una declaración reciente a los medios extranjeros, el Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, culpó a los empresarios de la ciudad de “abrir las puertas de su casa” a los delincuentes de los que ahora no pueden defenderse. El Secretario tiene razón, pero a medias. En primera por lavarse las manos de su trabajo como funcionario federal y en segunda por que la culpa es también del ciudadano común.
Cabría preguntarse ¿Por qué en otros países –Europa por ejemplo- si existe un Estado de Derecho? Valdría la pena hacer un recorrido por hechos de violencia similar e incluso durante el mismo período de tiempo, que se han suscitado en el continente europeo y contrastarlo con los hechos locales. Durante el 2008, exactamente un seis de diciembre, un joven fue tiroteado por la policía antidisturbios. La prensa informó que durante la noche de ese mismo día, mientras un coche de la policía hacía su ronda, en el centro de Atenas, un grupo de activistas se congregó y comenzó una protesta que se prolongó por seis días. ¿Qué pedían? El esclarecimiento y castigo del autor de la muerte de aquel joven. Para el 11 de diciembre España se había sumado a las manifestaciones. Los medios de comunicación locales calificaron las protestas como “las peores desde 1985” cuando otro joven estudiante murió también en enfrentamientos con la policía.
Mientras, del otro lado del mundo (y de la moneda de la suerte): “Balean desconocidos a familia; resulta lesionada una menor de edad”. Este fue el encabezado de los diarios el 7 de diciembre del 2008. La familia fue víctima de un simple (o ni tan simple) incidente vial. Se atravesaron a los conductores de un auto, que luego los persiguió para dispararles. ¿Y las manifestaciones?...Seguían en Francia, España y Grecia. Pero por aquí ni sus luces. Los titulares a los cuatro días, específicamente el 11 de Diciembre fueron: Pide Madonna autos blindados en Brasil”, y “24 horas sin incidentes” de ese tipo (que ya conocemos). Es deprimente saber que éstas son nuestras buenas noticias.
En un acontecimiento más reciente, el ocho de Julio del presente año, un francés fue encontrado muerto en una comisaría bajo “extrañas circunstancias”. El joven había sido acusado por asalto a mano armada y remitido a una comisaría, para luego ser descubierto ahorcado. Ésa misma noche en Firminy, la localidad francesa donde trabajaba el joven como cajero, comenzaron las manifestaciones. Para el tercer día, las llamas de los locales y autos incendiados aún no paraban, al contrario, seguían creciendo. El 11 de Diciembre se comenzó una investigación a profundidad contra la policía local.
Aquí la ciudad volvía a la normalidad. 8 de Julio de 2009: “Arrecia de nuevo la narcoviolencia” ¿Y la gente en las calles? ... el 9 de Julio, mientras en Francia la gente continuaba exigiendo la resolución de un caso que ellos consideraron como “turbio”, aquí asesinaban a un joven en el interior de su vivienda. El 10 de Julio cayó otro joven de 25 años de edad. Si bien ambos jóvenes asesinados el 8 y 9 de Julio, fueron tratados como “presuntos criminales”, el adolescente francés sí fue atrapado in fraganti. Aún así la gente pidió que se aclararan los hechos.
Y nos preguntamos ¿Por qué somos la number one en las listas de ciudades violentas? Si revisamos los hechos, la participación ciudadana es clave. En las ciudades de primer mundo es casi una ley civil manifestarse luego de un acto violento. Estoy de acuerdo en que las manifestaciones que desembocan en disturbios como la quema de autos, o de establecimientos gubernamentales no son la solución, sin embargo el silencio, la apatía es también lamentable.
El de canto de Ciudad Juárez es la perspectiva en la que vemos los hechos violentos. No debemos ver la privación de la vida de un ciudadano, aún siendo un delincuente, como un acontecimiento individual, es decir como un problema ajeno. El verdadero problema reside en que mientras la gente siga muriendo, culpables e inocentes, y nosotros, como ciudadanos, no exijamos el esclarecimiento del problema, jamás tendremos un verdadero Estado de Derecho. Cuando en países de Europa, la gente se manifiesta por el asesinato de un paisano, lo que realmente se exige es el buen funcionamiento de las instituciones.
La ciudad puede ser buena y mala, como cualquier otra, depende de por dónde se vea y como juarense puedo decir que conozco incluso esas remotas probabilidades, que conozco la cara, la cruz y el de canto de mi ciudad. Ahora que la moneda ha caído en medio, es momento de verter la luz sobre ella.
