En el mundo y en Latinoamérica existen diversos mitos que circulan sobre las personas refugiadas, es decir, aquellas que huyen de conflictos y persecuciones.
Según el más reciente reporte de Tendencias Globales de Desplazamiento Forzado (2022) de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en el mundo existen un estimado de 35,3 millones de personas refugiadas, quienes han cruzado una frontera internacional para llegar a un lugar seguro.
En la región de las Américas, a finales de 2022, la ACNUR contabilizó más de 800.000 personas refugiadas y 5,2 millones de otras que necesitan protección internacional, en su mayoría provenientes de Venezuela.
Y aunque hay 35,3 millones con el estatus oficial de persona refugiadas, estadísticas de ACNUR resaltan que en el mundo suman más de 108,4 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo.
Algunos de los mitos que han surgido a lo largo del tiempo y que hemos decidido revisar en VOA Verifica, son:
1. “Las personas refugiadas son una carga económica para los países de acogida”
Existe evidencia que demuestran que las personas refugiadas, contrario a ser una carga para los países que los reciben, en realidad impulsan las economías.
Un artículo de El País, con datos de la revista científica Science Advances, destaca que tanto los inmigrantes como los refugiados desde el año de su llegada o solicitud de asilo, tiene un impacto que favorece la actividad económica.
En el caso específico de Estados Unidos, un informe de New American Economy, organización bipartidista de investigación y defensa que lucha por políticas de inmigración federales, estatales y locales, determinó que los refugiados reasentados pagan miles de millones al año en impuestos y tienen una tasa de iniciativa empresarial más alta que otros grupos de inmigrantes.
“Los refugiados contribuyen significativamente a nuestra economía como asalariados y contribuyentes”, señala el informe, en el cual se hace un análisis sobre los montos económicos que las personas refugiadas aportan a la economía estadounidense y en impuestos.
2. “Los refugiados van a acabar con los empleos del país al que llegan”
Existe la falsa creencia de que las personas en situación de refugio van a terminar con los empleos de los países que los acogen, pero esto no es así.
Camila Ignacio Geraldo, oficial adjunta de Comunicación Digital con las Comunidades, de ACNUR, dijo a la Voz de América que existe evidencia de que las personas refugiadas brindan en su mayoría contribuciones a las comunidades que las acogen.
“Por ejemplo, en el ambiente empresarial estas personas y ellas aportan soluciones y traen innovación para el desarrollo local, no son personas que vienen a ocupar un empleo de personas del país”, dijo.
Mencionó que en las Américas existen muchas personas refugiadas que a la vez son empresarios y que llegan a ser parte de la comunidad y brindan empleos.
“Aquí podemos ver que hay muchas personas en las Américas refugiadas que son empresarios que también contratan directamente a personas en sus empresas, además cuando un refugiado llega el pasa a hacer parte de la comunidad que está ahí, consume, compra productos, la verdad es que una persona refugiada, ella viene a sumar en un país como parte de la diversificación de la economía como alguien que va a traer habilidades, que va a traer experiencias a un país, y no necesariamente es una persona que viene a tomar algo”, expuso.
3. “Los refugiados van a cometer delitos a otros países”
Camila Ignacio Geraldo, oficial adjunta de Comunicación Digital con las Comunidades, de ACNUR, dijo que las personas refugiadas están sufriendo en realidad las consecuencias de conflictos y necesitan protección internacional.
“Hay una asociación muy equivocada de que las personas refugiadas llegan a países para causar conflictos, tal vez a cometer delitos, pero la verdad es que personas refugiadas salen de sus países por razones de persecución y o violaciones graves de derechos humanos”, dijo.
De las personas refugiadas, según ACNUR, 41 % son menores de 18 años, por lo que son niñas, niños y adolescentes.
4. “Las personas refugiadas abandonan voluntariamente sus países de origen”
Es falso que los refugiados busquen abandonar voluntariamente sus países, de acuerdo con un análisis de ACNUR.
“Los refugiados se ven obligados a huir de sus hogares para escapar de la guerra, la violencia y la persecución. Ellos no tienen elección”, indica ACNUR.
Germain Dosseh, un antiguo refugiado de Togo que ahora vive en Phoenix, Arizona y trabaja como oficial de policía, contó a ACNUR cómo luego de que perdió a su padre y tuvo que escapar de una guerra civil, vivió en campos de refugiados antes de poder asentarse en EEUU.
Dijo que “un refugiado es una persona que lo perdió todo y no tiene esperanza. Un refugiado es una persona que busca una segunda oportunidad”.
5. “Los países desarrollados están superpoblados y no pueden llevar a más personas”
De acuerdo con la UNESCO existen otros mitos sobre las personas migrantes y refugiadas como que “ya no pueden llegar a países muy poblados”; sin embargo, asegura que esto no es así dado que la población nativa en varios países desarrollados está en declive.
“Los refugiados y los migrantes pueden mantener los niveles de población y proporcionar una base de personas en edad laboral para apoyar a un número creciente de jubilados”, se refiere en un artículo de la UNESCO.
El informe de Tendencias Demográficas del Fondo de Población de las Naciones Unidas menciona que se tiene una proyección de que las poblaciones en más de 60 países se puedan reducir entre la actualidad y 2050, debido a la disminución de la fecundidad y en algunos casos de la emigración. Por lo cual, “en los países de altos ingresos, la migración, en lugar de la fecundidad, será el principal motor de la dinámica demográfica en los próximos decenios”.
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