China y Filipinas llegaron a un acuerdo con el que esperan detener los enfrentamientos en el atolón más disputado del Mar de China Meridional, según dijo el domingo el gobierno filipino.
Filipinas ocupa el atolón Second Thomas, que también reclama China, y los altercados marítimos cada vez más hostiles han avivado el temor a conflictos más grandes que puedan implicar a Estados Unidos.
El crucial acuerdo se alcanzó el domingo tras una serie de reuniones entre diplomáticos filipinos y chinos en Manila y el intercambio de notas diplomáticas que buscaban un acuerdo mutuamente aceptable en el atolón, que los filipinos llaman Ayungin y los chinos Ren’ai Jiao, sin que ningún bando renunciara a sus reclamaciones territoriales.
Dos funcionarios filipinos con conocimiento de las negociaciones confirmaron el acuerdo a The Associated Press bajo condición de anonimato, y el gobierno emitió después un breve comunicado anunciando el acuerdo, sin dar detalles.
“Ambas partes siguen reconociendo la necesidad de desescalar la situación en el Mar de China Meridional y gestionar la diferencias a través de diálogo y consultas y acuerdan que el trato no perjudicará la posición del otro en el Mar de China Meridional”, indicó el Departamento de Asuntos Exteriores en Manila.
Por su parte, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores anunció poco después de la medianoche del domingo que había hablado con Filipinos sobre “manejar la situación en Ren'ai Jiao y alcanzado un acuerdo provisional con Filipinas sobre el abastecimiento humanitario de necesidades vitales”.
Ningún bando publicó el texto del acuerdo.
China tiene disputas con varios gobiernos sobre fronteras marítimas y terrestres, muchas de ellas en el mar de China Meridional, y el inusual acuerdo con Filipinas podría avivar la esperanza de que Beijing pueda alcanzar acuerdos similares con otros gobiernos rivales para evitar enfrentamientos aunque espinosos asuntos territoriales sigan sin resolver. Sin embargo, aún estaba por ver que el acuerdo pudiera aplicarse con éxito o cuánto duraría.
Guardacostas y otras fuerzas chinas han empleado potentes cañones de agua y peligrosas maniobras de bloqueo para evitar que se entreguen alimentos y otros suministros al personal filipino destinado en su puesto avanzado, un oxidado barco varado hace mucho en el atolón, el BRP Sierra Madre.
La antigua disputa por el atolón se ha reactivado desde el año pasado con altercados.
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