China pidió el lunes a Perú esforzarse en solucionar un conflicto entre indígenas y una de las minas de cobre más grandes del mundo, de capitales chinos, que estuvo paralizada 50 días y frenó el envío del metal al país asiático.
En una entrevista publicada en el diario local Gestión, el embajador chino en Perú, Liang Yu, se refirió al conflicto entre la mina Las Bambas -controlada por la estatal china Minmetals mediante su filial MMG Limited- con las comunidades de la región Apurímac. La mina y los comuneros mantienen una tregua que ha permitido reanudar los envíos de cobre, pero la misma finalizará en julio.
Liang Yu dijo que “hace falta una investigación de dónde está el dinero que la empresa china ya ha pagado a los comuneros” por unas tierras ahora propiedad de Las Bambas y que los campesinos niegan haber recibido. Según el diplomático, cada comunero recibió más de 268.527 dólares.
The Associated Press intentó sin éxito comunicarse con la embajada china para corroborar los dichos del embajador.
El representante diplomático dijo que muchos de los comuneros “están viviendo en una situación precaria y creen que la empresa china no ha pagado. Hace falta una investigación”.
Liang Yu añadió que el gobierno peruano debería prestar mayor atención y averiguar dónde fue a parar el dinero que les dio la mina a los comuneros y si éstos tienen razón o no en sus nuevas demandas de pago por las tierras.
El embajador chino indicó que Las Bambas no dará más dinero a los comuneros. “Si la empresa cede y paga una suma más, afectaría no sólo a ella sino a toda la imagen del Perú, porque no vendría ninguna inversión más”, dijo.
El 9 de junio seis comunidades suspendieron de forma temporal sus protestas que habían paralizado la producción de la mina por 50 días tras llegar a una tregua mediada por el gobierno peruano. Días antes los choques entre comuneros y la policía dejaron varios heridos, así como un incendio en una parte del campamento de la minera.
Alexander Anglas, abogado de una de las comunidades en conflicto llamada Huancuire, dijo brevemente a The Associated Press, que “las comunidades se mantienen dispuestas a escuchar” y que buscan “acuerdos que garanticen el desarrollo en la zona”.
Las Bambas también se comprometió, durante la tregua, a no iniciar sus actividades en un segundo tajo rico en cobre llamado Chalcobamba, con una vida útil de ocho años.
Perú acumula 209 conflictos en todo su territorio, de los cuales el 63% son de origen socioambiental ligados a actividades extractivas incluida la minería, según la Defensoría del Pueblo.
El gobierno del presidente Pedro Castillo, que inició su gestión hace 10 meses, ha cambiado cuatro veces de primer ministro y cinco veces de titular del Ministerio de Energía y Minas. La falta de continuidad de ministros en el cargo y la debilidad política del mandatario, que incluso enfrenta una investigación fiscal por presunta organización criminal, no ha permitido que los funcionarios logren acuerdos para apaciguar los conflictos entre las comunidades y las mineras.
La minería es clave para los ingresos fiscales de Perú y constituye aproximadamente el 60% de las exportaciones en un momento en que el precio del cobre sigue elevado en medio de la inflación mundial y el conflicto ruso en Ucrania.
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