Después de ser presionado por el líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, Beijing avanzó en condenar los ataques lanzados por Hamás en Israel, pero lo hizo sin nombrar a la organización considerada terrorista por el país norteamericano.
En un comunicado de su Ministerio de Asuntos Exteriores, China dijo que condena "toda la violencia y los ataques contra civiles" y dijo que "la tarea más urgente ahora es alcanzar un alto el fuego y restablecer la paz".
La declaración emitida el lunes se produjo después de que Schumer, un demócrata, expresara su decepción al presidente chino Xi Jinping por la declaración anterior de Beijing, que simplemente pedía moderación.
"Le planteé al presidente Xi las atrocidades que se estaban llevando a cabo contra Israel y la necesidad de que la comunidad mundial se mantuviera unida contra el terrorismo y con el pueblo israelí y solicité expresamente al presidente Xi que el Ministro de Asuntos Exteriores chino fortaleciera su declaración; así lo hicieron", dijo Schumer.
Sin embargo, en una conferencia de prensa un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino no nombró a Hamás y se negó a describir los ataques lanzados por sus militantes como un acto de terrorismo.
Sólo la embajada de China en Israel nombró a Hamás y calificó a los militantes de “terroristas” cuando informó que una joven israelí de ascendencia china estaba entre los rehenes capturados por los combatientes de Hamás, según The Associated Press.
"Noa fue secuestrada por terroristas de Hamás cuando asistía a un festival de música pacífica en el sur de Israel. Fue trasladada desde Israel a Gaza", dijo un comunicado de la embajada. “Ella es una hija, una hermana y una amiga”.
Mantener la influencia
Los analistas creen que China evita condenar directamente a Hamás para mantener su influencia en los países en desarrollo.
Jonathan Schanzer, vicepresidente senior de investigación de la Fundación para la Defensa de las Democracias, dijo a la Voz de América que "China siempre se ha inclinado hacia el mundo árabe e incluso hacia los actores no estatales respaldados por estados rebeldes".
Benjamin Friedman, director de políticas de Defense Priorities, comentó a la VOA que China está tratando de "adoptar una posición de mayor neutralidad que Estados Unidos y ser vista en el mundo como un intermediario más neutral u honesto, y no necesariamente alineado con Israel como Estados Unidos. Y creo que eso es consistente con el deseo de ganar influencia en gran parte del mundo en desarrollo".
China ha aumentado sus vínculos con Israel desde 2013, especialmente en los campos científico y tecnológico, incluida la tecnología militar.
Mientras tanto, Beijing ha logrado avances en la mediación de paz en Medio Oriente, desafiando la influencia de Estados Unidos en la región.
Los analistas dicen que la actitud ambigua de Beijing hacia los recientes ataques está calculada para mantener las relaciones con potencias regionales como Arabia Saudita y contrastar con cualquier esfuerzo de Estados Unidos para mediar en el conflicto.
Arabia Saudita e Irán reanudaron relaciones diplomáticas en marzo en un acuerdo negociado por China que fue visto como un aumento del poder geopolítico de Beijing en la región.
Adam Gallagher, editor en jefe de asuntos públicos y comunicaciones del Instituto de la Paz de Estados Unidos, escribió en marzo que para China, “la intermediación en el acercamiento entre estos dos antiguos rivales de Medio Oriente tiene dimensiones estratégicas y simbólicas clave”.
“En el aspecto estratégico, Beijing necesita mantener el libre flujo de petróleo desde la región. Pero lo que el acuerdo indica sobre el papel de Beijing en los asuntos globales puede ser tan crítico, si no más, para China... que ha estado en una ofensiva diplomática destinada a construir una alternativa al dominio de Estados Unidos en los asuntos globales”.
Mientras tanto, Estados Unidos ha estado intentando negociar un acuerdo de paz entre Arabia Saudita e Israel. Esto sería visto como un revés diplomático para Irán, que durante mucho tiempo ha sido identificado como un importante respaldo de Hamás.
Carice Witte, fundadora y directora ejecutiva del grupo de expertos Sino-Israel Global Network and Academic Leadership con sede en Israel, dijo a VOA que si bien China no quiere ver ataques contra Israel como los del fin de semana, "sí quiere ver a Arabia Saudita mantenerse del lado de China".
Israel ha descrito los ataques del fin de semana de Hamás como su incidente del "11 de septiembre", refiriéndose al impacto que los ataques han tenido en las vidas, las propiedades y el espíritu de los israelíes.
Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, China condenó inequívocamente el terrorismo e hizo gestos de apoyo al gobierno estadounidense, una medida que ayudó a Beijing a mejorar sus relaciones con Washington después de años de tensiones entre las dos potencias.
Sin embargo, los expertos no ven a China dispuesta ni capaz de capitalizar la crisis actual para mejorar las relaciones chino-israelíes.
"No creo que estén aprovechando la oportunidad para mejorar su asociación. Parecen más interesados en ser percibidos como neutrales", dijo Friedman.
[Adrianna Zhang contribuyó a este informe]
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