Los senadores estadounidenses Marco Rubio y Bob Menéndez instaron al secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken a "hacer uso de todas las herramientas diplomáticas disponibles para enfrentar las tácticas autoritarias y represivas del régimen de (Daniel) Ortega, -a fin, explican-, para mantenerse en el poder y socavar los derechos fundamentales en Nicaragua".
En una carta, el republicanos Rubio y el demócrata Menéndez, citaron lo que describieron como "la reciente ola de arrestos de figuras destacadas de la oposición nicaragüense, el sector empresarial y la sociedad civil".
La carta de los senadores pide que el secretario Blinken aproveche las sanciones impuestas contra funcionarios nicaragüenses y que trabaje con la Organización de Estados Americanos (OEA) para coordinar un rechazo multilateral más fuerte al asalto del régimen a la democracia.
La misiva también "pide la liberación de líderes políticos encarcelados arbitrariamente y pide que la Administración Biden vaya más allá de aplicar los protocolos delineados en el proyecto de ley bipartidista RENACER, la cual proporciona una ruta bipartidista para que la política de Estados Unidos aborde la toma del poder autoritario del régimen de Ortega".
Julie Chung, subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, el fin de semana definió los hechos recientes de Nicaragua como “una campaña de terror de Ortega-Murillo”.
Chung instó en su cuenta de Twitter a los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) “a enviar una señal clara esta semana”, en referencia a la sesión extraordinaria que se agendó este 15 de junio para abordar la situación de Nicaragua en una sesión extraordinaria.
Gobierno de México "preocupado"
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador de México informó que ha expresado al liderazgo de Nicaragua su preocupación por la detención de varios candidatos presidenciales y líderes opositores en la nación centroamericana, sumándose a la creciente presión internacional contra el presidente Daniel Ortega.
Estados Unidos, España y varias naciones vecinas de Nicaragua en Centroamérica y el Caribe han denunciado la actuación de la administración de Ortega, que en la práctica allana el camino del mandatario a la reelección en los comicios presidenciales de noviembre, al quedarse sin rivales.
En la más reciente escalada de la acción policial bajo las órdenes de Ortega, cinco personas fueron arrestadas el domingo pasado, con lo que aumentó a 13 el número de opositores encarcelados. Cuatro de ellos son precandidatos presidenciales y nueve líderes opositores.
La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana dijo el lunes en su cuenta de Twitter que "ha seguido con preocupación las recientes acciones desplegadas por el gobierno de Nicaragua", en su primer posicionamiento público sobre la cuestión.
La Cancillería recordó que esas medidas han derivado en "la detención de cuatro precandidatos presidenciales, ocho líderes opositores y dos excombatientes sandinistas", y reveló que ha contactado con Managua para mostrarle su inquietud.
"México, con estricto respeto a su política de no intervención y autodeterminación de los pueblos, ha hecho saber al gobierno de Nicaragua su preocupación por la integridad y libertad de los detenidos", indicó.
Un funcionario mexicano explicó a Reuters que la detención de dos figuras históricas del sandinismo, Dora María Téllez y Hugo Torres, "fue la gota que derramó el vaso", por los lazos existentes entre la izquierda mexicana y la vieja guerrilla nicaragüense.
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