A menos de un año de que se celebren los comicios generales en Nicaragua, la oposición continúa fraccionada en el país, después de múltiples intentos de unidad que han fracasado constantemente a pesar de los llamados de la comunidad internacional, como la Unión Europea y Estados Unidos.
Algunos analistas políticos consideran que las elecciones previstas para inicios de noviembre de este año, y en donde se elegirá al presidente y vicepresidente, así como a los 92 diputados del Parlamento, serán una oportunidad para sacar por la vía pacífica al mandatario de izquierda Daniel Ortega, quien gobierna el país desde 2007.
Además, aseguran que el líder sandinista enfrenta uno de los momentos más duros de su gestión, por las protestas antigubernamentales surgidas en abril de 2018, que dejaron más de 300 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El llamado más reciente de unidad, fue realizado por un grupo de eurodiputados que se reunieron de forma virtual con opositores nicaragüenses para abordar la crisis que vive el país.
“Desde mi humilde opinión, creo que el cambio en Nicaragua estará mucho más cerca el día que las distintas fuerzas opositoras se unan bajo una única candidatura para las elecciones. Si finalmente son capaces de dejar las diferencias de lado (…) y se suman esfuerzos, se movilizará un apoyo popular que el régimen seguramente no podrá frenar”, indicó la europarlamentaria española Alicia Homs.
Los opositores tienen su visiones sobre la división
Luis Fley, coordinador de la Coalición Nacional, una de las diferentes organizaciones opositoras, atribuye que la falta de unidad se da porque hay grupos que tienen “intereses económicos y políticos” y, según él, “no responden a intereses del pueblo”.
“Tenemos aquí a una Alianza Ciudadana –otra organización opositora– que ha puesto obstáculos, por nuestra parte en la Coalición Nacional hemos hecho los esfuerzos; una vez dije que solo hacía falta arrodillarnos para pedirle que concretizáramos la ansiada unidad, pero no han respondido”, señaló Fley en declaraciones a la Voz de América.
Aún así, Fley considera que si el panorama actual sigue dividido, la organización opositora a la que pertenece iría a elecciones pues cree que ahí se encuentran la mayoría de los sectores del país, a pesar de que la más reciente encuesta de CID Gallup reveló que un 62% de nicaragüenses no se identifica con ningún partido.
“Va a suceder igual que 1990, aunque iban varias organizaciones participando, el pueblo se decidió por la organización donde estaba aglutinado el pueblo; quizás se ve la percepción que hay división, pero en el campo, los pueblos, la gente, está unida por la Coalición Nacional”, enfatiza.
Otro de los bloques que se organiza para elegir a sus candidatos presidenciales por separado es la Alianza Ciudadana. Mario Arana, un reconocido empresario quien integra esta estructura, señala que la mayoría de las organizaciones que integran la Coalición Nacional no tienen representatividad.
“Hay que entender quiénes son importantes en la Coalición Nacional verdaderamente: El Movimiento Campesino, la Unidad Azul y Blanco y el Partido de Restauración Democrática (PRD) y deberían entenderlo. Los demás son secundarios, son un tanto artificiales y no tienen una base social, son el producto de un operador político”, criticó en declaraciones a la VOA.
Por otro lado Arana considera que la falta de unidad entre los dos principales bloques opositores existentes es por trabas impuestas por ambas partes y menciona el caso de uno de los aspirantes a la presidencia que, según él, ha arremetido contra el sector privado “con un populismo desafortunado”.
“Es un populismo desafortunado y reprochable por parte de Félix [Maradiaga] que esté usando este tipo de estrategias, porque es el arma que está usando el régimen para dividir a la oposición. Yo nunca he negado los pecados del sector privado, pero se está tratando de enmendar”, dice Arana.
Maradiaga es una de las principales figuras opositoras de la Coalición Nacional, mientras que Juan Sebastián Chamorro es de la Alianza Ciudadana.
Oficialismo celebra
Mientras tanto el oficialismo ha celebrado la fragmentación de la oposición y aducen que esto le permitiría una tercera reelección al líder sandinista.
“Aquí ya olieron una elección y salieron un montón de candidatos y se están matando entre ellos y eso los debilita. Al parecer van por separado y bendito sea que no se pongan de acuerdo porque es beneficioso para Nicaragua”, esgrimió en declaraciones a la VOA el legislador Wilfredo Navarro, otrora simpatizante de la oposición.
La más reciente encuesta de CID Gallup reveló que el nivel de simpatía de la oposición se mantiene por debajo del 10%, mientras que el partido oficialista se coloca en una base del 25%, uno de los techos más bajos en la historia del oficialismo.