Miguel Ángel Flores perdió su empleo como vendedor en una tienda comercial de vehículos donde trabajaba hasta hace pocos meses. Como muchos en Managua decidió emprender con un negocio de venta de pollos asados, un oficio que se ha popularizado en la capital como una opción ante el creciente desempleo en el país.
“Ya no había trabajo y me quedé en el aire. Y esto de los pollos, miré que en Managua hay muchos puestos de pollo y estoy experimentando a ver qué pasa. Por lo menos para darle de comer a la familia”, dice Flores mientras rocía un pollo con aderezo que ofrece a menos de seis dólares en la puerta de su casa, en un barrio de la capital.
Al emprendimiento se han sumado tres de sus amigos, que al igual que Flores están desempleados y buscan el sustento para sus familias.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pronosticó para el mercado del trabajo formal nicaragüense la desaparición de hasta 125.400 plazas si la recesión económica en el país se prolonga como consecuencia de la pandemia del COVID-19.
En caso de que la pandemia se extendiera únicamente por tres trimestres consecutivos al menos unos 79.800 nicaragüenses terminarían el año 2020 desempleados. En un escenario más alentador, suponiendo que la emergencia sanitaria concluya en el segundo semestre del año, el BID sugiere que al menos 45.000 empleos formales se perderían en el país.
Organismos Nacionales advierten de una caída de la tasa de desempleo abierto arriba del 8% .
Las estadísticas del organismo internacional confirman lo pronosticado la semana pasada por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) que también alertó sobre los masivos despidos que se avecinan.
FUNIDES advierte que el impacto que tendrá la crisis sanitaria generada por el coronavirus provocará que entre 59.000 300 y 123.400 personas pasen a engrosar la lista de desempleados este año.
El economista Álvaro López, miembro del organismo destacó en diálogo con la Voz de América que estiman “que la tasa de desempleo abierto para el 2020 se encuentra entre 8.3 y 10.3 %, lo que representa un crecimiento respecto al año 2019 cuando fue de 6.6%. En términos de personas estamos hablando que alrededor de 272.600 y 336.700 se podrían encontrar en una situación de desempleo debido a la contracción económica que estamos viviendo este año”.
Estas cifras sumando la cantidad de personas que no han podido recuperar sus empleos desde el año pasado, producto de la crisis sociopolítica que arrastra la nación desde el año 2018, explicó López.
El experto señaló que en concordancia con el desempleo se esperaría en este año una fuerte contracción del Producto Interno Bruto (PIB). La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social proyecta tres escenarios de caída: -6.5, -10.6 y -13.7 por ciento.
“Más probable que se encuentra alrededor del -10.6 % esto considerando los efectos que esta teniendo el COVID-19 a nivel global que los afecta en indicadores relevantes como las exportaciones, las remesas, y el turismo. Y algunos efectos que tendrá de forma particular para la economía nicaragüenses en sectores claves como puede ser el comercio, hoteles y restaurantes”, apunta el economista.
A criterio de técnicos de la Fundación, la pandemia traerá efectos en cadena que afectarán toda la economía, aumentará el desempleo y en consecuencia el poder adquisitivo, provocando que la tasa de pobreza se sitúe entre 32.2 y 36.9 por ciento al finalizar 2020, y dejando a millones de nicaragüenses sobreviviendo con menos de 2 dólares al día.