Analistas y expertos en derecho internacional llaman a los candidatos a cargos de elección popular en Honduras a poner máxima atención en la relación de China con El Salvador porque, según exponen, los acuerdos bilaterales entre los dos países podrían cerrar la salida ganada por derecho de su país al océano Pacífico.
El diario La Prensa publicó en días recientes que el “proyecto de China en el golfo de Fonseca es una amenaza para Honduras” y fundamenta su investigación en los análisis de expertos que ven en las acciones del gobierno de Nayib Bukele y su negociación con China como un quiebre a lo acordado con anterioridad entre ambas naciones.
El analista Graco Pérez, experto en derecho internacional y en asuntos asiáticos, citado por La Prensa, cree que los políticos hondureños de cualquier bando ideológico en contienda para las elecciones del 28 de noviembre próximo deberían de sentar postura sobre la situación. Honduras elegirá en esa fecha al nuevo presidente del país, al pleno de la Asamblea Legislativa, a 298 alcaldes y a 2.098 regidores municipales.
El Salvador, Honduras y Nicaragua tenían un acuerdo previo para poner en marcha el proyecto conjunto de salida al Pacífico, después que Honduras reclamara en 2013 el cumplimiento de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que emitió veredicto el 11 de septiembre de 1992 sobre la disputa territorial entre Honduras y El Salvador. El litigio incluía las islas del golfo Meanguera, Meanguerita y El Tigre, esta última concedida a Honduras.
“Definitivamente esto representa una amenaza para Honduras, lo primero que hay que saber es que El Salvador seguirá sin reconocer los derechos de Honduras, no solo en el golfo de Fonseca, sino en la bocana y en la proyección hacia el océano Pacífico. Si a eso le suma una potencia extrarregional como China, la situación se complicará más”, apuntó Graco Pérez citado por el medio hondureño La Prensa.
La Corte de La Haya, parte del sistema de Naciones Unidas, sentenció que El Salvador, Honduras y Nicaragua compartirán la soberanía del golfo de Fonseca, cerrando así uno de los puntos álgidos del conflicto. El golfo es la única salida al Pacífico para Honduras.
Los expertos citados por La Prensa creen que esta franja marítima se estaría convirtiendo en punto de partida para las intensiones geopolíticas de China en la región al no surtir efecto sus planes en Panamá.
Lo que se sabe de los acuerdos bilaterales
Hasta ahora poca información se tiene de los acuerdos de China con El Salvador pues los mismos entraron en categoría de confidencialidad, una modalidad muy común en las negociaciones del país asiático con otros países a los que ofrece cooperación.
No obstante, el exembajador de El Salvador en Washington, Rubén Zamora, abogado y político de izquierda con larga trayectoria en ese país, alude a dos momentos clave en el tema.
El primero -sostiene- cuando el exejecutivo liderado por Salvador Sánchez Cerén estableció relaciones diplomáticas con China en 2018, de ahí surtieron ofertas de la segunda potencia económica mundial para ser parte operativa en El Salvador, pero el anterior gobierno se contuvo porque implicaba conceder territorio a China, lo que va en contra de la Constitución del país.
Un segundo momento lo compone Bukele, que hizo una gira por Asia a los pocos meses de asumir el gobierno en 2019. El presidente de China, Xi Jinping, le recibió con altos honores y suscribieron acuerdos que el 18 de mayo reciente fueron ratificados por la Asamblea Legislativa Nacional, fiel a Bukele.
“Sánchez Cerén le pidió a China que se hiciera cargo del Puerto de La Libertad y China respondió que se haría cargo si se le concedían más de 7.000 hectáreas para crear un centro logístico donde habría empresas de ese país para alimentar el puerto, el gobierno del FMLN no se atrevió a hacer entrega de territorio nacional de esa manera”, recuerda Zamora, quien laboró en los dos gobiernos de izquierda que antecedieron a Bukele.
El plan Zonas Económicas Especiales (ZEE), retomado por el actual gobierno, es el mismo que no prosperó anteriormente por la elevadas exigencias de China. Pero ahora tiene luz verde ante el nuevo escenario político en El Salvador, que incluye desafíos a Estados Unidos, concluyen entendidos en la materia como Napoleón Campos, experto en relaciones internacionales e integración centroamericana desde El Salvador.
De la escasa información conocida del acuerdo –ratificado por el Legislativo sin debate previo-, se sabe que China pretende invertir unos 23.000 millones de dólares en la creación de una ZEE que abarcaría unos 2.800 kilómetros cuadrados en 26 municipios orientales del país, incluido el Puerto de La Unión en el golfo de Fonseca.
El oficialismo salvadoreño celebró esta medida, según consignó la agencia AP a mediados de mayo, cuando su bancada votó para ratificar la relación con China. "El convenio que hoy ratificamos es producto de una negociación que el presidente Nayib Bukele hizo en su gira por Asia, fueron reuniones de alto nivel en las que se lograron importantes acuerdos para beneficio de la población”, manifestó el diputado Ernesto Castro, quien preside de la Asamblea Legislativa salvadoreña.
El 14% del país se regiría por mandato chino
Se calcula que la porción que se asignaría a China para ese proyecto supondría cerca de un 14% del territorio salvadoreño, el país con menos extensión territorial del continente, un poco más de 20.000 kilómetros cuadrados y el más densamente poblado del hemisferio.
De entrada, para iniciar la cooperación China ofreció a Bukele la construcción de un estadio y una biblioteca, además de mejoras en obras de infraestructura turística en la zona costera del país como parte del bono inicial de asistencia.
Otros países de la región, como Costa Rica, han advertido que la contratación de obras bajo ese esquema corre por cuenta de empresas, obreros y todo el personal chino que entra al país bajo “permisos especiales migratorios” para instalarse y operar en el territorio.
Al establecerse las ZEE las leyes de El Salvador no aplicarían dentro de la zona y sólo se regiría por mandato chino, han denunciado juristas en El Salvador, lo que hace temer a hondureños por lo que los acuerdos pactados para el golfo de Fonseca quedarían en vilo si China logra controlar esa franja marítima.
Para Napoleón Campos, según indica en su sitio web, China consumó en la gestión de Sánchez Cerén su plan estratégico al desplazar a Taiwán del reconocimiento diplomático, y apostar también por controlar el paso por el canal de Panamá con una apuesta también de relaciones diplomáticas, lo que él llama “un cuento chino”.
Opositores y diferentes sectores productivos de El Salvador han pedido al gobierno de Bukele que sea transparente sobre el contenido de lo negociado con China por las implicaciones que tendría en la economía nacional, pero el gobierno no ha procedido a presentar documentos que muestren los pormenores de las negociaciones y acuerdos con el gigante asiático.
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