El Volcán de Pacaya, en Guatemala, ha estado en constante actividad, pues además de las columnas de ceniza, registra un constante flujo de lava que emerge de una fisura en el cono volcánico.
Actualmente, el peligro radica en que se acerca a un poblado y avanza a una velocidad entre 50 y 60 metros diarios, como explica el vulcanólogo Gustavo Chigna.
Según Chigna, basado en el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala INSIVUMEH, el volcán “está como a 800 metros de la comunidad El Patrocinio y El Rodeo, sin embargo, nuestras observaciones indican que se está deteniendo en esta parte, pero no podemos descartar que se incremente nuevamente”.
Lesbia Cruz vive en San Vicente Pacaya, pero su familia reside en una de las aldeas más cercanas donde están en alerta a la espera de las instrucciones de las autoridades y asegura que temen por su vida.
“Tememos mucho porque ya está cerca, en El Bejucal, tienen su alarma, a la hora que ya miren lo peor empiezan a tocar la alarma para que toda la gente empiece a reunirse en una de las escuelas que es de terraza”, cuenta Cruz.
El flujo de lava, actualmente, mide 1 kilómetro de ancho, en algunas partes con hasta 15 metros de altura y más de 3 kilómetros de longitud.
Pese al peligro que representa la lava y la recomendación de no acercarse, muchos llegan al lugar para observar el avance del material volcánico que puede alcanzar entre 200 y 600 grados centígrados.
Por ahora, se monitorea el desplazamiento y no se ha ordenado la evacuación de las comunidades cercanas.
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