La pandemia de COVID-19 en El Salvador ha elevado la compra de insumos de protección desde enero de este año y el principal proveedor de mascarillas desechables ha sido China.
De 31 millones de dólares gastados por El Salvador en la compra de mascarillas importadas, el 86% proviene de China, el 5% de Estados Unidos y el resto de otros países.
El Banco Central de Reserva (BCR) de El Salvador es la entidad que reporta la información sobre el comercio exterior. El último reporte sobre importaciones del primer semestre refleja cómo China vendió el grueso de las mascarillas que adquirió El Salvador.
Asimismo, muestra cómo aumentó en un 40% la importación de productos farmacéuticos desde China entre enero y junio de 2020, respecto al mismo periodo del año pasado. En 2019, las importaciones fueron de 2,1 millones de dólares y en lo que va de este año 2,9 millones.
Pero no todo ha sido compra entre ambas naciones. China ha logrado escapar del foco que lo señala como el país de origen del coronaviruson con múltiples donativos, y conseguido que el gobierno salvadoreño lo vea como uno de los máximos aliados en el combate a la pandemia.
El ministro de Gobernación, Mario Durán, dijo a propósito de los donativos en junio: “China, una vez más, se hace presente como un amigo de El Salvador, para sacar adelante a los salvadoreños afectados por la emergencia...”.
China ha reforzado la idea en mensajes estampados en las donaciones de equipos médicos y víveres que China le ha hecho al país centroamericano dice: "China y El Salvador, unidos para vencer la pandemia".
Desde el 18 de marzo China le ha donado a El Salvador más de medio millón de mascarillas desechables, 7.000 trajes protectores, más de 5.000 paquetes alimenticios a los municipios más pobres del país y al menos 350.000 dólares en efectivo. Esto último para que el gobierno atienda las necesidades de los salvadoreños más afectados por la pandemia.
Costa Rica y Panamá también han recibido donativos del país asiático.
Sectores de la política de Estados Unidos han reaccionado a la presencia de China en la región. En entrevista reciente con la Voz de América, el legislador demócrata Henry Cuéllar, quien es miembro del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, aludió por ejemplo a la necesidad de que EE.UU. tenga un plan para frenar la influencia de China en América Latina.
“Muchas veces los líderes de la región sueñan con recursos chinos y siempre vemos cómo este poder blando y la realidad no es lo que aparece”, advirtió Cuéllar.
La Voz de América solicitó una entrevista con la embajada de China en El Salvador el 6 de agosto, pero aún no se ha concretado.
Las relaciones chino-salvadoreñas
Después que el expresidente Salvador Sánchez Cerén puso fin a las relaciones diplomáticas con Taiwán en agosto de 2018, la nueva relación de El Salvador con la República Popular China se volvió un hecho.
China y Taiwán son rivales políticos desde la guerra civil de 1949. Pese a que Taiwán goza de un gobierno autónomo, nunca ha declarado su independencia formalmente. China considera a Taiwán un territorio renegado.
Con el cambio de gobierno en El Salvador en junio de 2019, las relaciones diplomáticas con China no se fracturaron, al contrario, el actual presidente Nayib Bukele respaldó y fortaleció la relación Beijing, pese a la mirada preocupada de Estados Unidos.
China ofreció a El Salvador una biblioteca, un estadio y otras obras "no reembolsables" en 2019. En su momento, el embajador de Estados Unidos en El Salvador, Ronald Johnson, advirtió de actuar con "cautela" en la relación con China a fin de evitar “trampas diplomáticas y de deuda”.
La importación de mascarillas desechables desde China es solo una parte de la estrecha relación de El Salvador con su nuevo socio.
El volumen comercial entre China y El Salvador aumentó un 20% entre 2017 y 2019. En 2019 rondó los 1.700 millones de dólares en importaciones y los 51 millones en exportaciones.