La nueva cápsula Starliner de Boeing y una tripulación inaugural de dos miembros de la NASA se acoplaron sin problemas a la Estación Espacial Internacional (EEI) este jueves, superando una prueba clave para demostrar la capacidad de vuelo de la nave y agudizar la competencia del fabricante con SpaceX de Elon Musk.
El acoplamiento se logró a pesar de una pérdida anterior de varios propulsores de chorro de control de guía, algunos de ellos debido a una fuga de propulsión de helio, que la NASA y Boeing dijeron que no debería comprometer la misión.
El CST-100 Starliner, con los veteranos astronautas Barry "Butch" Wilmore y Sunita "Suni" Williams a bordo, llegó a la plataforma orbital tras un vuelo de casi 27 horas después de su lanzamiento desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, en la Florida.
La cápsula reutilizable con forma de gota de chicle, apodada "Calypso" por su tripulación, fue lanzada al espacio el miércoles sobre un cohete Atlas V equipado y pilotado por la empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin United Launch Alliance.
La nave se acopló de forma autónoma a la EEI cuando ambas orbitaban a unas 400 kilómetros sobre el sur del Océano Índico a las 1734 GMT, mientras los dos vehículos surcaban el globo en tándem a unos 28.160 km/h.
La aproximación final de la nave y el acoplamiento, tras un breve intervalo en el que Wilmore controló manualmente la cápsula, fueron retransmitidos por internet por la NASA. "Es un placer estar unido a la gran ciudad del cielo", dijo Wilmore por radio al control de la misión en Houston, tras el acoplamiento.
Una vez conectados firmemente con una serie de 12 ganchos, Wilmore y Williams debían realizar una serie de procedimientos estándar, como comprobar si había fugas en la esclusa y presurizar el paso entre la cápsula y la EEI, antes de abrir las escotillas de entrada.
Los siete tripulantes actuales de la estación les darán la bienvenida a bordo: cuatro astronautas estadounidenses y tres cosmonautas rusos. Está previsto que Wilmore y Williams permanezcan a bordo unos ocho días, para luego partir en un vuelo de regreso.
Starliner realizará una candente reentrada a través de la atmósfera terrestre y terminará con un aterrizaje asistido por paracaídas y airbag en el desiertos suroeste de Estados Unidos, una primicia para una misión tripulada de la NASA.
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