Está previsto que a primera hora de este domingo aterrice en un el desierto de Utah la cápsula OSIRIS-REx tras una misión de siete años en el espacio impulsada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) para recoger muestras del asteroide.
“En 2016 se mandó una nave espacial al asteroide Bennu, que es una órbita cercana a la Tierra”, explicó Yasmina Martos, científica planetaria del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA durante una entrevista con la Voz de América.
El hallazgo de este material permitirá saber con más certeza cómo se formó el Sistema Solar hace casi 4.600 millones de años y también cómo empezó a haber vida en la Tierra.
“Cada asteroide contiene una parte de la historia de la formación del Sistema Solar. En el caso de Benu es un asteroide que es rico en carbono y contiene componentes fundamentales para la vida. Entonces, una de las teorías es cómo llegaron los componentes básicos a la Tierra”, explicó Martos, que subrayó que esa es una de las razones por las que la agencia estadounidense ha estudiado ese asteroide.
La científica, que estudió la carrera de Física en la Universidad Complutense de Madrid y obtuvo el doctorado en ciencias de la Tierra en la Universidad de Granada, dice que “Bennu nos va a contar un poco de la historia” que hasta ahora no se sabía. Pero la misión no termina ahí.
“Después de que OSIRIS-REx deje la cápsula para que llegue a la superficie va a continuar su camino a estudiar un asteroide que es completamente diferente, que se llama Apophis, que es rico en metales y que nos contará una historia diferente”, agregó.
Los científicos aseguran que esta esta es una misión histórica precisamente porque también podría arrojar luz sobre el futuro de la evolución de la Tierra, especialmente en un momento crítico como el actual en el que se ha alertado de las graves consecuencias del cambio climático.
Carlos del Castillo, jefe de ecología de NASA, señalaba hace unos días que la situación con el calentamiento global, con temperaturas récord, obedece a las emisiones de carbono por parte de la acción humana. “Está producido por nuestras emisiones de gases invernadero. No hay otras razones que puedan explicar los aumentos de temperatura”, decía el experto climático también consultado por la VOA.
Los ingenieros de la NASA prevén que la cápsula llegue a una zona desértica de Utah en la mañana de este domingo con aproximadamente 250 gramos de material.
“La misión es espectacular y va a traer la mayor cantidad de rocas de un cuerpo que está más allá de la Luna” decía Martos, que lleva siete años trabajando en la NASA, recordando que “es la primera misión en el mundo” de este tipo.
La cápsula de OSIRIS-REx entrará en la atmósfera a una velocidad de 45.000 kilómetros por hora y abrirá un paracaídas antes de tocar tierra para amortiguar su caída como medida de seguridad. “Va a estabilizar la nave y cinco minutos después va a abrir otro paracaídas para llegar a la superficie. Tardará unos 13 minutos en atravesar la atmósfera y llegar a la superficie”, decía Martos.
Martos también alerta de la importancia de monitorear de forma regular estos asteroides porque cabe la posibilidad que alguno de ellos pueda impactar eventualmente en la Tierra.
“Se pueden considerar peligrosos o cercanos porque tienen ciertas probabilidades de que en el futuro, por estar en esas órbitas cercanas, puedan colisionar con nuestro planeta. Sabemos que en el pasado eso ha ocurrido y ha cambiado totalmente la historia que había en el planeta, pero actualmente en la NASA hay un grupo dedicado a monitorear y a trazar esas trayectorias y, por ejemplo, sabemos que Bennu tiene una probabilidad muy baja que en los próximos 200 años pueda colisionar con la Tierra”, comentaba.
Con todo, los científicos insisten en que esta misión puede ser histórica porque cualquier información adicional que surja a partir del análisis de estas muestras podría cambiar lo que sabemos de nuestro origen.