La Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH) exhortó a la población y a los políticos del país a mantener la calma tras las elecciones alegando que un deterioro de la seguridad “tendría consecuencias dramáticas sobre las víctimas del cólera”.
Doce candidatos a la presidencia de Haití pidieron que los comicios sean anulados en medio de acusaciones de fraude, esto mientras miles salieron a las calles para exigir la revocación de estas votaciones calificadas como "defectuosas".
Los candidatos hicieron el anuncio varias horas después de iniciadas las elecciones en un hotel en Puerto Príncipe. Según dijeron, el presidente René Preval y los funcionarios electorales estaban muy mal preparados para estos comicios.
Durante los comicios presidenciales y legislativos celebrados el 28 de noviembre de 2010 se registraron varias protestas y actos de violencia en diferentes localidades haitianas.
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El Consejo Electoral Provisional reconoció la existencia de problemas técnicos y logísticos, pero negó que haya habido un complot para favorecer al candidato del partido en el poder y subrayó que las elecciones serían reconocidas como legítimas.
Hermes Peñalosa, miembro del equipo electoral de la MINUSTAH, aseguró que los observadores “tienen la certeza de que el fraude denunciado por los doce candidatos no tiene ninguna base cierta hasta el momento”. “No se ha presentado una prueba real del fraude. Se denunció antes de la misma elección, pero sin ninguna base lógica o palpable real”, subrayó.
El Consejo Electoral Provisional debe ofrecer los resultados oficiales de las elecciones en una semana.
Anne Marie Josette Bijou leyó una declaración en nombre del grupo. Bijou dijo que los candidatos tenían pruebas de que el presidente Preval no tenía intenciones de celebrar una votación democrática y lo acusaron de utilizar su poder para favorecer al candidato de su partido, Jude Celestin.
El candidato Michel Martelly dijo que los 12 estaban de acuerdo en que el proceso de votación estuvo plagado de fraudes.
Poco después del anuncio, Martelly lideró a sus partidarios en una marcha por las calles de Puerto Príncipe. Marchas de protesta similares fueron registradas en otras partes de la capital, así como en otras ciudades. Los votantes enojados también invadieron algunos centros de votación y destruyeron material electoral.
Otros votantes se quejaron de problemas en muchos colegios electorales. Algunos dijeron que no podían averiguar a qué centro de votación debían acudir. Otros dijeron que el gobierno fracasó en darles nuevas tarjetas de identificación para reemplazar las que perdieron en el terremoto de enero (2010).
Más de un millón de personas permanecen en campamentos tras perder sus hogares.
Algunos críticos habían pedido que la votación fuera retrasada debido a los problemas relacionados con el terremoto y con la mortal epidemia de cólera que comenzó a mediados de octubre.
Sin embargo, las autoridades haitianas y dirigentes de la misión de las Naciones Unidas en Haití insistieron en que las elecciones se realizaran.
También el Centro para la Investigación en Economía y Política (CEPR) encontró fraudulentas las elecciones al registrar irregularidades y arbitrariedad en la exclusión de partidos políticos, y su codirector, Mark Weisbrot, instó a la comunidad internacional a rechazarla.
Brian Wagner es periodista de la Voz de América y reside en Miami.