Durante la última jornada de la cuarta semana del juicio a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, agentes de la DEA y otros funcionarios aportaron datos sobre incautaciones e investigaciones que habían adelantado en contra del Cartel de Sinaloa.
Entre uno de los llamados a testificar, se encontraba un directivo de la DEA quien confirmó la existencia de propiedades en Queens y Long Island dedicadas al almacenamiento de la cocaína enviada desde Colombia a México, con Estados Unidos como destino final.
A lo largo de la semana, Juan Carlos Ramírez Abadía, alias "Tololoche", había señalado la existencia de estas propiedades, sobre las que resaltó que eran clave en su estrategia para el manejo del precio de la mercancía en las calles.
Por días y quizás semanas, ‘Tololoche’ evitaba poner la droga para la venta de tal forma que pudiera subir el precio a los consumidores. Un hallazgo al que se llegó gracias a que agentes de la DEA hallaron bodegas ubicadas en Nueva Jersey, en donde permanecían carros tanque, normalmente utilizados para el traslado de aceite vegetal, en el que los narcotraficantes camuflaban altas cantidades de cocaína.
Uno de los investigadores señaló que durante una de las incautaciones lograron el decomiso de hasta dos mil kilogramos de la droga.
Las bodegas fueron las primeras migajas que llevaron a una investigación en retrospectiva con la que encontraron que entre 60 y 90 días antes, trenes habrían cruzado la frontera con los cargamentos de los que ahora se tiene conocimiento.
Otro de los métodos señalados por alias 'Tololoche' durante su testimonio, fue el de los submarinos. Aunque hasta el momento no se han mostrado en la audiencia detalles de dichas investigaciones, si se conoció la incautación de una embarcación semisumergible que contenía 5925 kilos de cocaína. A bordo se encontraban cuatro personas quienes, previo a ser capturadas, fueron llevadas de forma segura hasta el puerto en donde se legalizó su captura.
Por primera vez en medio del juicio contra 'El Chapo' una mujer testifica en su contra. Krishna James señaló que durante los 21 años que trabajó en la DEA, se dedicó a la investigación de material digital como softwares, videos y audios, entre los cuales analizó unos relacionados con el Cartel de Sinaloa.
Un disco compacto, señala ella, será una prueba clave en muchos de los hallazgos encontrados. Dicho material se encuentra en manos de la fiscalía y se espera se conozca a medida que avance la diligencia judicial.
El material recolectado por otro de los testigos en el caso, Adrián Ibáñez, originario de El Paso, Texas, quien trabajó como agente encubierto podría ser parte del contenido del disco compacto.
Entre el material se encuentran audios, videos y grabadoras. Una de ellas perteneciente a los hermanos Pedro y Margarito Flores, conocidos como los gemelos de Chicago. Los Flores fueron aliados clave para la distribución de la droga del Cartel de Sinaloa en Estados Unidos, quienes en el 2008 se entregaron a las autoridades estadounidenses, con las que han estado colaborando desde entonces.
Otro de los datos entregados durante la semana y que fue especialmente llamativo fue el uso de armas con incrustaciones de oro y piedras preciosas.
Aunque aún se desconocen los nombres de otros posibles testigos en el caso, se presume que otros cooperantes puedan ser narcotraficantes que ya se han sometido a la justicia de EE.UU. Uno de ellos podría ser Tirso Martínez Sánchez, alias el Centenario, nombrado por funcionarios del gobierno al término de la cuarta semana de juicio.