Delegados a la Cumbre Climática de Naciones Unidas que comienza en París el próximo lunes aseguran que no dejarán que los recientes ataques terroristas en la ciudad les distraigan en su lucha por combatir el calentamiento global.
Al contrario, dicen, los sangrientos ataques del 13 de noviembre en los que murieron 130 personas, hacen que los países se sientan más decididos a llegar a un acuerdo que tiene que ver hasta con la violencia.
“Puede haber mayor conciencia de lo importante que es ocuparse del cambio climático, dado el impacto de éste en la estabilidad de los países”, dice el representante holandés, Michel Rentenaar.
Al evento asistirán más de 140 líderes de todo el mundo, incluyendo los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, de Rusia, Vladimir Putin y el de China, Xi Jinping.
Las autoridades francesas tienen un gran desafío en la realización del evento, especialmente dadas las medidas de seguridad y el estado de emergencia decretado tras los atentados.
Citando esas preocupaciones, las autoridades francesas han suspendido algunos de los eventos secundarios relacionados con la Cumbre, incluyendo una gran marcha que los ambientalistas habían programado para este domingo.
Se espera, sin embargo, que las negociaciones en sí mismas continúen de acuerdo a lo planeado aunque bajo la fuerte vigilancia que rodeará el centro de conferencias en Le Bourget, al norte de París.
“Que poderoso rechazo a los terroristas será cuando el mundo se presente como uno solo y muestre que no será disuadido de construir un mejor futuro para nuestros hijos”, dijo Obama el martes, con el presidente francés, François Hollande, a su lado.
La meta de la Conferencia sobre Cambio Climático es que los gobiernos adopten un acuerdo que por primera vez requeriría que todos los países tomen acciones para combatir el cambio climático.