Luego de dos días seguidos de protestas, durante las primeras horas del miércoles (hora local) el aeropuerto de Hong Kong volvió a la tranquilidad luego de un nuevo enfrentamiento entre manifestantes y la policía.
Los agentes policiales entraron al aeropuerto armados con gas lacrimógeno y garrotes, mientras los manifestantes utilizaron los carritos de equipaje para bloquear las entradas del terminal aéreo. La situación se calmó algunas horas después, luego de que los funcionarios y manifestantes dejaron de forcejar.
De acuerdo con agencias de noticias, las manifestantes llegaron a detener a dos hombres señalados de ser agentes encubiertos. Uno de ellos estaba lesionado y necesitó asistencia médica.
La situación generó que a pesar que durante la mañana del martes algunos aviones pudieron despegar y aterrizar, las autoridades decidieran suspender desde la tarde los servicios de documentación para las salidas.
El lunes, los enfrentamientos causaron el cierre completo del aeropuerto, uno de los más ocupados del mundo, por lo que ningún avión despegó ni aterrizó. Los activistas “interfirieron gravemente” con las operaciones, indicó el aeropuerto en un comunicado.
Esta es una escalada en las protestas que desde hace semanas sacude la antigua colonia británica. Si bien los manifestantes ya habían tomado calles, zonas comerciales e incluso la estación de trenes, en esta oportunidad las protestas tuvieron un impacto directo en los viajes de negocios y el turismo.
Las protestas comenzaron en rechazo a un proyecto de ley que autoriza las extradiciones hacia China, el cual muchos temían se iba a usar contra activistas y otros grupos. La presión hizo que la medida fuese retirada, pero el movimiento creció para exigir su eliminación completa, una investigación a la actuación de la policía durante las protestas y reformas democráticas para el territorio semiautónomo.
Este mismo martes, la jefa de gobierno de Hong Kong, designada por Beijing, Carrie Lam, ofreció una rueda de prensa desde el complejo de la sede del gobierno recién fortificado para hacer un nuevo llamado a la calma y a la moderación.
“Tomen un minuto y miren nuestra ciudad, nuestra casa (…) ¿podemos soportar empujarla al abismo y verla destrozada?”, indicó
"La violencia, ya sea su uso o su justificación, llevará a Hong Kong por un camino sin retorno y hundirá a la sociedad de Hong Kong en una situación muy preocupante y peligrosa", agregó.
Sin dar mayores detalles, se comprometió a “reconstruir la economía de Hong Kong ... para ayudar a Hong Kong a seguir adelante". Reafirmó que se quedara en su puesto a pesar de la petición de los manifestantes para que renuncie.
Indicó que el diálogo solo comenzará cuando cese la violencia y reiteró su apoyo a la policía.
Por su parte, Beijing hizo su advertencia más dura hasta el momento con videos difundidos por sus medios oficiales en los que se muestra a las fuerzas del orden agolpándose en la frontera con Hong Kong.
China ha asegurado que “personas irresponsables” en Occidente han aplicado una “lógica extraña” que los llevó a ser comprensivos y tolerantes hacia “delitos violentos” y a criticar “la diligencia debida” de la fuerza policial.
Este fin de semana, la cifra de detenidos en las manifestaciones desde junio aumentó a 700.
El aeropuerto no es el único que se vio afectado. Al menos tres artistas extranjeros cancelaron sus presentaciones por la situación, según la agencia AP.
Preocupación internacional
La intensificación de las protestas y la respuesta del gobierno chino ha preocupado a la comunidad internacional.
Este mismo martes, Rupert Colville, portavoz de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas Michelle Bachelet, detalló que su oficina ha revisado evidencia que la policía de Hong Kong está usando “armas menos letales de formas que están prohibidas por las normas y estándares internacionales”.
La misión diplomática de China en Ginebra acusó al portavoz de hacer una "declaración errónea" que "envía la señal equivocada a los delincuentes violentos". “Su comportamiento nada tiene que ver con protestas pacíficas”, indicó la misión, refiriéndose a los manifestantes.
El presidente estadounidense Donald Trump indicó que la situación en Hong Kong era complicada, pero que esperaba que todo resultara para todos y "por la libertad".
Sin embargo, advirtió que la inteligencia estadounidense cree que el gobierno chino está moviendo tropas a la frontera con Hong Kong. Pidió que todos estén tranquilos y a salvo.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Dominic Raab, expresó preocupación por lo que “está sucediendo en Hong Kong y las preocupantes imágenes de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en el aeropuerto".
Esta es considerada la crisis política más grave en Hong Kong desde que el territorio obtuvo el estatuto especial en 1997.