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Brasil grita de inconformismo


Las protestas en Brasil se amplían cada día a más ciudades. El incoformismo con el gobierno es gritado en las consignas de los miles de manifestantes.
Las protestas en Brasil se amplían cada día a más ciudades. El incoformismo con el gobierno es gritado en las consignas de los miles de manifestantes.

No hay antecedentes en los últimos 20 años, en la historia de Brasil, de protestas tan masivas contra las medidas del gobierno y que claman por mayor justicia social.

Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia, Curitiba, Belem, Salvador, entre otras ciudades, fueron escenario en las últimas horas de multitudinarias protestas en contra del gobierno de Dilma Rousseff.

Con algunos incidentes, una veintena de heridos, presuntos abusos de la policía y daños en edificaciones públicas, miles de manifestantes marcharon de nuevo reclamando mayor atención del gobierno para las necesidades básicas de un nutrido núcleo poblacional que está en extrema pobreza.

Son varios días de protestas que coinciden con el torneo de la Copa FIFA Confederaciones de Fútbol que ha llevado, a las ciudades sedes, a centenares de turistas que se han visto afectados por las protestas callejeras.

Después de varios días de silencio, la presidenta Dilma Rousseff, dijo en un discurso en la casa de gobierno que “las voces traspasan los mecanismos tradicionales de las instituciones, de los partidos políticos y de los propios medios de comunicación. Dejan un mensaje nítido contra la corrupción y el uso indebido de dinero público.”

Agregó que la ciudadanía reclama “mejores escuelas, hospitales, transporte público de calidad y a un precio justo.”

Dijo Rousseff que "la voz de la calle tiene que ser escuchada" que las protestas
"demuestran el valor de la democracia" y revelan que "los ciudadanos están en la búsqueda de sus derechos".

En Río de Janeiro, prendieron fuego en las calles y efectuaron saqueos en locales comerciales que perdieron sus vidrieras. "Estamos muy molestos con Dilma Rousseff, está acabando con el país y por eso el pueblo está en la calle. Se dio el lujo de invertir en un evento que va a acabar mientras aquí todo está mal", señaló a los periodistas Rosange Campos.

En los gritos de los manifestantes se nota la rabia de los brasileños por los gastos millonarios en escenarios deportivos mientras la inseguridad, la pobreza, la falta de centros educativos y de empleo, agravan la situación de millones de habitantes en las provincias y zonas rurales.

El edificio legislativo fue asaltado, al menos 200 manifestantes alcanzaron la azotea y desde allí gritaron consignas contra el establecimiento. La policía reaccionó con gases y balas de goma. Algunos vándalos camuflados entre los manifestantes lanzaron bombas molotov contra las fuerzas del orden.

Las alzas en el transporte, la mala educación, los altos precios de productos de la canasta familiar, lanzaron a la calle a los indignados que sacaron a las protestas a miles de brasileños.
Por las redes sociales fueron convocados los manifestantes en lugares estratégicos para bloquear las vías que generaron un mayúsculo caos en el tránsito. En Brasilia, sede del gobierno, los manifestantes se presentaron en la sede del Congreso que fue militarizada.

Los líderes de las manifestaciones han dicho que la idea es mantener las protestas hasta el mundial de fútbol que se realizará a mediados del año 2014. Pero, el próximo mes, se espera la llegada del papa Francisco y el arribo de al menos dos millones de turistas atraídos por la peregrinación del Sumo Pontífice.
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