El gobierno de coalición de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se rompió luego de que su socio, el Partido del Movimiento Político Brasileño (PMDB), decidiera retirarse del poder.
Los miembros del PMDB tomaron la decisión unánime en cinco minutos. Sus seis ministros y todos los miembros del partido en cualquier cargo de gobierno deben renunciar.
Según la ley, Rouseff continuará en el cargo, pero tras la ruptura de la coalición la mandataria tiene mayor probabilidad de ser sometida a un juicio político en el futuro cercano.
Si eso sucediera, Michel Temer, el vicepresidente y líder del PMDB asumiría la presidencia.
La mandataria brasileña niega haber cometido irregularidades durante su gobierno y califica de "intento de golpe de estado" los esfuerzos de juicio político.