Un juez brasileño de la Cámara Baja aceptó los cargos contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por supuestamente obstruir una investigación de corrupción en la estatal petrolera Petrobras. No se ha fijado fecha del juicio.
La decisión nombra a Lula y otros cinco acusados como conspiradores en el supuesto intento por comprar el silencio de un ex director de Petrobras implicado en el escándalo.
La acusación contra Silva viene luego de un testimonio del senador Delcidio do Amaral, negociado con la corte, a quien sus colegas retiraron de su escaño y también será procesado.
La víspera abogados de Lula introdujeron una petición ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas alegando una falta de imparcialidad y abuso de poder por parte de otro juez que investiga el escándalo de Petrobras.
Silva, quien está al frente de las encuestas de popularidad para las elecciones del 2018, negó haber actuado mal. "Depende de los fiscales y la policía federal demostrar lo que dicen", dijo.
El juez federal con sede en Brasilia, Ricardo Leite, tomó la decisión anunciada el viernes 29 de julio. El mismo Leite ha sido acusado de obstruir una investigación relacionada con una conspiración de evasión fiscal dirigida por algunas de las compañías más grandes de Brasil.
Es la primera vez que el expresidente Silva se presentará a juicio por cargos relacionados con el escándalo Petrobras.
También está acusado por los fiscales del estado de Sao Paulo de lavado de dinero y tergiversación criminal en relación con una supuesta conspiración de bienes raíces que lo beneficiaron a él y su familia.
Silva gobernó al país del 2003 al 2010. A pesar del escándalo de votos a cambio de sobornos que descalificó a su jefe de gabinete y otros, dejó el poder con históricos niveles de popularidad y su sucesora escogida personalmente, Dilma Rousseff, ganó ampliamente la elección.