Boris Johnson, el probable próximo primer ministro de Gran Bretaña, rechazó el jueves que haya tenido algún papel en la renuncia del embajador británico en Washington, quien dimitió luego de ser fuertemente atacado por el presidente Donald Trump.
Políticos tanto oficialistas como opositores acusaron a Johnson de cobardía por no salir en defensa del diplomático Kim Darroch y dijeron que la partida de un embajador británico bajo presión de un mandatario extranjero significa un golpe grave para la diplomacia y el poder británicos.
Johnson dijo al diario The Sun que le parecía “extraño” que se lo culpara por la partida de Darroch, quien renunció tras el escándalo provocado por la filtración de cables diplomáticos en los que el embajador británico calificaba a la Casa Blanca de Trump de disfuncional, torpe e inepta.
Trump respondió que Darroch era un “tonto pomposo” y vedó todo contacto de su gobierno con él.
Darroch anunció su renuncia el miércoles, fundamentada en que “en la situación actual me resulta imposible cumplir función como yo lo desearía”.
El secretario de Exteriores Jeremy Hunt, el rival de Johnson por el puesto de primer ministro, criticó las diatribas de Trump y defendió a Darroch.
Sin embargo, Johnson sólo destacó sus buenas relaciones con la Casa Blanca y la importancia de la relación bilateral. Darroch renunció horas después.
“Me parece increíble que traten de culparme por eso”, dijo Johnson a The Sun. “Apoyo a Kim. Trabajé muy bien con él durante años”.
No obstante, el legislador conservador Nicholas Soames dijo que Johnson “dejó indefenso a Kim Darroch... algo que me dio vergüenza de ver”.
La legisladora laborista Liz McInnes dijo que la actitud de Johnson fue “el acto de cobardía más miserable y despreciable que haya visto en un candidato a un puesto público, ni qué hablar de alguien que pretende ser primer ministro”.
El laborismo exhortó a la primera ministra Theresa May a que designe al sucesor de Darroch antes de dejar el puesto en las próximas semanas, a fin de impedir que Johnson lo haga.
Johnson es el amplio favorito para ganar el liderato del Partido Conservador y, con ello, el puesto de primer ministro. Se prevé que vencerá a Hunt en la votación en la que participarán unos 160.000 afiliados al partido.
