El gobierno de Bolivia informó que desea superar la situación diplomática creada con España y la Unión Europea y para ello acreditará a un alto representante de la cancillería en su embajada en Madrid.
La decisión fue anunciada en una nota del ministerio de Relaciones de Bolivia fechada el 31 de diciembre pasado y titulada “Respuesta a Comunicado de la Unión Europea”.
Las tensiones surgieron después de que la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció el lunes la expulsión del país de la embajadora de México, María Teresa Mercado, la encargada de negocios de España, Cristina Borreguero, y el cónsul de España, Álvaro Fernández.
Posteriormente, la Unión Europea emitió un comunicado en que expresó una “profunda preocupación” por la expulsión de dos diplomáticos españoles de Bolivia y pidió explicaciones al gobierno interino de La Paz.
La nota de la cancillería boliviana afirma que el estado de Bolivia “ha tenido y tiene excelentes relaciones diplomáticas con la Unión Europea y sus Estados miembros, y desea mantenerlas en ese alto nivel”.
También “reconoce la importante labor que la Unión Europea desarrolla en diversos campos, así como su contribución al fortalecimiento del sistema democrático y el apoyo al proceso de elecciones libres y transparentes a realizarse en el año 2020” en Bolivia.
Sin embargo, no se retracta de la decisión de expulsar a los diplomáticos y señala que la situación que llevó a declarar “persona non grata” a dos diplomáticos de España fue “debidamente explicada en el comunicado emitido por el ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia en esa misma fecha y de ser necesario brindará la información adicional que se le requiera”.
La nota afirma además que “el gobierno Constitucional de Bolivia reitera su pleno respeto al derecho internacional y a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas”.
Los antecedentes
La disputa diplomática comenzó cuando México admitió al expresidente boliviano Evo Morales como exiliado después de que éste renunció por denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Morales está ahora en Argentina, pero la embajada de México en Bolivia dio refugio a nueve personas aliados de Morales que el gobierno de Áñez culpa de agitar las violentas protestas que estallaron en el país después de la renuncia del expresidente.
El gobierno boliviano de Áñez sospecha que el operativo del viernes tuvo el propósito de liberar a los asilados, a quienes les ha negado un salvoconducto para salir del país porque aspira a juzgarlos.
A pesar de la disputa, la canciller boliviana, Karen Longaric, dijo que la expulsión no implica una ruptura de relaciones con México y España.