Las aguas han comenzado a retroceder en Baton Rouge, la capital del estado, pero la advertencia de inundaciones continúa hasta esta tarde luego de nuevas lluvias el lunes por la noche.
Los ríos, quebradas y pantanos continuaban peligrosamente llenos al sur de Baton Rouge donde la gente tuvo que usar bolsas de arena para tratar de proteger sus casas.
Hasta ahora se han reportado nueve muertos, 11.000 damnificados que han buscado refugio y más de 20.000 rescates desde el viernes, a causa de las inundaciones que han alcanzado proporciones históricas en el Estado.
Ni siquiera el huracán Katrina, en agosto de 2005, causó tanto daño como este sistema tropical que nunca tuvo nombre.
Si bien el sistema se ha movido hacia Texas y hacia el centro del país, todavía se esperan nuevas lluvias para esta semana, incluyendo el jueves, cuando podrían caer ocho pulgadas en algunas áreas.
El gobernador del estado, John Bel Edwards defendió la respuesta del estado, que dijo “presentó retos tremendos para todos” y aseguró sentirse orgulloso del esfuerzo.
“Más que todo estoy orgulloso de que los habitantes de Luisiana estén haciéndose cargo de ellos mismos y que la gente se comporte como buenos vecinos unos de otros”, dijo.