Autoridades ecuatorianas manifestaron su preocupación por las secuelas del hundimiento de la embarcación turística Albatros en la isla Santa Cruz, en Galápagos, e informaron que están trabajando para monitorear y contener la situación.
La nave contenía alrededor de 2.000 galones de diésel, explicó el Ministerio de Ambiente, que colocó barreras y paños absorbentes para contener el derrame.
A pesar de las barreras, se veía una mancha pequeña de hidrocarburos alrededor del sitio del percance.
Jenifer Suárez, directora encargada del Parque Nacional Galápagos, dijo el domingo que ahora se encontraban "realizando un monitoreo para evaluar el estado de la fauna en los sitios donde, en horas de la mañana, evidenciamos una gran presencia de combustible. Actualmente, no hemos encontrado ninguna afectación”.
La funcionaria había informado previamente el sábado, en otro video compartido a los medios, que se han colocado las barreras de contención y se ha hecho la respectiva evaluación de la aplicación de dispersantes en diferentes sitios de la bahía.
La alcaldía también trabajó en la limpieza de las playas afectadas, según informó el domingo María Loyola, alcaldesa subrogante de Santa Cruz, quien señaló que "es un trabajo que necesita paciencia, pero que lo estamos controlando".
"Como se puede ver, ha bajado bastante el tema del diésel en la superficie y estamos avanzando”, agregó.
El sábado, la petrolera estatal Petroecuador, informó en un comunicado, que "la embarcación Albatroz, de propiedad privada, naufragó en la isla Santa Cruz, Puerto Ayora, transportando diésel".
Se "activó un plan de contingencia y entregó dos tramos de barreras de contención, para rodear la embarcación y mitigar los efectos del naufragio", agregó.
El incidente no dejó víctimas. "Los cuatro tripulantes de esta embarcación, se encuentran con vida", señaló Petroecuador.
Galápagos ya había sufrido los efectos de los derrames de combustibles. En diciembre de 2019, una barcaza que contenía unos 600 galones de diésel se hundió en la isla San Cristóbal. En 2001, el buque Jéssica afectó a varias especies al derramar 240.000 galones de combustible tras naufragar frente a Puerto Baquerizo Moreno, capital de San Cristóbal.
Desde 1978, las Islas Galápagos son consideradas por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad. En los últimos años ha cobrado notoriedad la presencia en zonas cercanas a las islas de flotas pesqueras internacionales que han puesto en peligro su frágil ecosistema.
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