La Casa Blanca respondió a un informe del diario The New York Times sobre el papel del presidente Barack Obama en la guerra que libra Estados Unidos contra al-Qaeda, incluyendo las decisiones de dar muerte a presuntos terroristas.
Según el diario neoyorquino El presidente Barack Obama en forma personal supervisa el proceso secreto de colocar a sospechosos de al-Qaeda en una lista de objetivos para ser asesinados, tal como publicó el martes 29 de mayo de 2012.
"The New York Times" señala que desde que asumió el cargo, el presidente Obama inició un papel sin precedentes de supervisar una guerra oculta contra al-Qaeda, que incluye decisiones finales sobre colocar a individuos en una lista de muerte.
El diario cita decenas de funcionarios y exfuncionarios estadounidenses y asesores del gobierno del presidente Obama, que fueron entrevistados para el informe, y quienes confirmaron la existencia de una lista de sospechosos de al-Qaeda que podrían ser blanco de un ataque con aviones no tripulados o “drones” como se los conoce en inglés.
El presidente Obama ha incrementado significativamente el uso de esas naves contra objetivos terroristas en Pakistán y en Yemen, donde Estados Unidos apoya militarmente al gobierno en su lucha contra milicianos respaldados por al-Qaeda.
Según el matutino neoyorquino, el presidente Obama personalmente aprueba los ataques con “drones” en Yemen, Somalia y Paquistán y decide si se debe atacar a un sospechoso de terrorismo incluso cuando la familia de éste está presente.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el presidente Obama ha dejado claro que Estados Unidos tomará todas las medidas necesarias para proteger a los estadounidense, pero actuará en una forma “legal y consistente” con los valores de Estados Unidos.
De acuerdo con el Times, algunos funcionarios del gobierno han expresado reservas sobre la justificación de la lista de objetivos, al igual que el método del gobierno de Obama para contar las muertes de combatientes y civiles.
El diario indica que el método en efecto cuenta todos los hombres en edad militar en una zona de ataque como milicianos, a menos que hayan datos de inteligencia que indiquen lo contrario.
Según el diario neoyorquino El presidente Barack Obama en forma personal supervisa el proceso secreto de colocar a sospechosos de al-Qaeda en una lista de objetivos para ser asesinados, tal como publicó el martes 29 de mayo de 2012.
"The New York Times" señala que desde que asumió el cargo, el presidente Obama inició un papel sin precedentes de supervisar una guerra oculta contra al-Qaeda, que incluye decisiones finales sobre colocar a individuos en una lista de muerte.
El diario cita decenas de funcionarios y exfuncionarios estadounidenses y asesores del gobierno del presidente Obama, que fueron entrevistados para el informe, y quienes confirmaron la existencia de una lista de sospechosos de al-Qaeda que podrían ser blanco de un ataque con aviones no tripulados o “drones” como se los conoce en inglés.
El presidente Obama ha incrementado significativamente el uso de esas naves contra objetivos terroristas en Pakistán y en Yemen, donde Estados Unidos apoya militarmente al gobierno en su lucha contra milicianos respaldados por al-Qaeda.
Según el matutino neoyorquino, el presidente Obama personalmente aprueba los ataques con “drones” en Yemen, Somalia y Paquistán y decide si se debe atacar a un sospechoso de terrorismo incluso cuando la familia de éste está presente.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el presidente Obama ha dejado claro que Estados Unidos tomará todas las medidas necesarias para proteger a los estadounidense, pero actuará en una forma “legal y consistente” con los valores de Estados Unidos.
De acuerdo con el Times, algunos funcionarios del gobierno han expresado reservas sobre la justificación de la lista de objetivos, al igual que el método del gobierno de Obama para contar las muertes de combatientes y civiles.
El diario indica que el método en efecto cuenta todos los hombres en edad militar en una zona de ataque como milicianos, a menos que hayan datos de inteligencia que indiquen lo contrario.
