La esperanza de vida en Estados Unidos se incrementó el año pasado, y los datos preliminares sugieren que podría haber otra mejora —mucho menor— este año.
La tasa de mortalidad se redujo el año pasado para casi todas las principales causas, especialmente el COVID-19, las enfermedades cardíacas y las sobredosis de drogas, de acuerdo con un reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicado el jueves. Esto se tradujo en un aumento de casi un año en la esperanza de vida estimada de los estadounidenses.
Los expertos señalan que forma parte de la recuperación de la pandemia del COVID-19. Pero la esperanza de vida no está aún en los niveles prepandémicos y el repunte parece estar perdiendo fuerza.
“Lo que se observa es una mejora continua, pero una mejora que se está desacelerando”, indicó Elizabeth Wrigley-Field, investigadora de la Universidad de Minnesota que estudia las tendencias de mortalidad. “Estamos convergiendo de nuevo hacia una especie de normalidad que es peor que la que teníamos antes de la pandemia”.
El año pasado fallecieron casi 3,1 millones de residentes en Estados Unidos, unos 189.000 menos que el año anterior. La tasa de mortalidad bajó en todos los grupos raciales y étnicos, y tanto en hombres como en mujeres.
Los datos provisionales de los diez primeros meses de 2024 sugieren que el país va camino de registrar aún menos decesos este año, quizás unos 13.000 menos. Pero esa diferencia podría reducirse a medida que lleguen más certificados de defunción, dijo Robert Anderson, del CDC.
Esto supone que la esperanza de vida para 2024 posiblemente aumentará, “pero probablemente no mucho”, afirmó Anderson, que supervisa el seguimiento de las muertes en el Centro Nacional de Estadísticas de Salud del CDC.
La esperanza de vida es una estimación del número promedio de años que un bebé nacido en un año determinado podría esperar vivir, dada la tasa de mortalidad en ese momento. Es una medida fundamental de la salud de una población.
Durante décadas, la esperanza de vida en Estados Unidos aumentó al menos un poco casi cada año gracias a los avances médicos y las medidas de salud pública. Alcanzó su punto máximo en 2014, con casi 79 años, y se mantuvo relativamente estable durante varios años. Pero se desplomó durante la pandemia del COVID-19 y llegó a poco menos de 76 años y medio en 2021.
Subió a 77 años y medio en 2022 y, según el nuevo informe, rozó los 78 años y medio en 2023.
La esperanza de vida para las mujeres en Estados Unidos sigue siendo mucho más alta que la de los hombres: un poco más de 81 años para ellas frente a los poco menos de 76 para ellos.
En los últimos cinco años, en el país se han atribuido más de 1,2 millones de muertes al COVID-19, pero la mayoría ocurrieron en 2020 y 2021, antes de que la inmunidad inducida por la vacunación y la infección se generalizara.
El coronavirus fue en su día la tercera causa principal de muerte en la nación. El año pasado, fue la causa subyacente en casi 50.000 decesos, lo que lo convierte en la décima.
Los datos de 2024 aún están por llegar, pero hasta ahora se han reportado unos 30.000 fallecidos por coronavirus. A ese ritmo, el suicidio podría superar al COVID-19 este año, de acuerdo con Anderson.
Las cardiopatías siguen siendo la principal causa de muerte en el país. Una buena noticia poco apreciada es que la tasa de mortalidad por estas dolencias se redujo en aproximadamente un 3 % en 2023. Es una caída mucho menor que la disminución del 73 % en el caso del COVID-19, pero las enfermedades cardíacas afectan a más personas, por lo que incluso pequeños cambios pueden ser más impactantes, dijo Anderson.
También hay buenas noticias en lo relativo a las muertes por sobredosis, que cayeron a 105.000 en 2023 entre los residentes, según un segundo informe publicado por el CDC el jueves.
Los motivos de esta reducción aún se están estudiando, pero hay razones para esperar que bajen aún más en el futuro, indicaron los expertos. Algunos señalaron los resultados de una encuesta esta semana que mostró que el consumo de drogas entre los adolescentes no está aumentando.
“Cuanto antes se empiece a consumir una droga, mayor es el riesgo de que se pueda continuar usándola y mayor es el riesgo de que volverse adicto y de que haya consecuencias adversas”, dijo la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, que financió el estudio de la encuesta. “Si se puede reducir el flujo (de nuevos consumidores)... se pueden prevenir las sobredosis”.
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