El ecologista liberal Alexander Van der Bellen, exlíder del Partido Verde, asumió oficialmente este jueves la presidencia de Austria, oponiéndose a todo tipo de nacionalismo dos meses después de haber derrotado a un candidato de extrema derecha.
En una ceremonia en el Parlamento, el nuevo líder austríaco de 73 años, dijo que "el mayor peligro era dejarse seducir por respuestas simples y sumirse en el nacionalismo y el provincianismo".
Van der Bellen, un europeo convencido, que consideraba decisiva la elección presidencial para el futuro de Austria en la Unión Europea, ganó el 4 de diciembre con 53,8 por ciento de los votos frente al 46,2 por ciento que obtuvo Norbert Hofer, de 45 años, vicepresidente del Parlamento y dirigente del Partido de la Libertad (FPÖ).
"No nos dejaremos seducir, no nos dejaremos desviar de nuestra labor de construcción de una Europa común. Preservar este proyecto vale todos los esfuerzos" dijo el nuevo jefe de Estado en su discurso de investidura.
Aunque las funciones del presidente en Austria son esencialmente protocolares, la elección de Hofer habría supuesto por primera vez la llegada de un líder de extrema derecha a la cabeza de un Estado de la Unión Europea.
Nacido en 1944 en el seno de una familia expulsada de Rusia por la revolución bolchevique, Van der Bellen se presentó en su discurso como un "hijo de refugiados".
En Austria se ha generado un duro debate sobre la integración de los refugiados procedentes de la ola migratoria de 2015. El país ha registrado más de 130.000 demandas de asilo en dos años, una cifra récord.