México ha puesto en alerta su sistema de salud ante un aumento repentino de casos de lepra en el país donde las autoridades de la Secretaria de Salud han confirmado más de 300 casos este mes de agosto.
Reportes oficiales indican que la mayor incidencia se ha detectado en 12 municipios del país y siete estados de la federación mexicana especialmente en el norte y la franja sur oeste. La lepra o enfermedad de Hansen es producida por la bacteria Mycobacterium leprae que afecta la piel y el sistema nervioso periférico.
Esta enfermedad desde tiempos bíblicos y hasta entrado el siglo XX llevaba al destierro a los pacientes contagiados, sigue presente en las Américas con el estigma del padecimiento, indica la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por lo que la última década ha impulsado protocolos para detección temprana y administración de medicamentos.
Luego de conocerse los reportes sanitarios de México, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC) de Estados Unidos también emitieron una alerta sobre el aumento de casos de la enfermedad en Florida.
“Históricamente, la lepra ha sido poco común en los Estados Unidos; la incidencia alcanzó su punto máximo alrededor de 1983, y se produjo una reducción drástica en el número anual de casos documentados desde la década de 1980 hasta el 2000. Sin embargo, desde entonces, los informes demuestran un aumento gradual en la incidencia de la lepra (…) Florida estuvo entre los principales estados afectados”, indicaron los CDC, que instaron además a elevar las precauciones.
El organismo gubernamental estadounidense advierte que los casos de lepra en EEUU se han “más que duplicado en los estados del sureste durante la última década”.
Una de las dificultades para combatir la enfermedad, para la que en la actualidad existen tratamientos con antibióticos y combinados, es la dificultad del diagnóstico dado los síntomas que suelen ser confusos o muy parecidos a otras enfermedades de la piel, indican los reportes médicos.
También influye, según la OPS, que los pacientes adultos suelen presentar síntomas unos 20 años después de la exposición a la bacteria, muy diferentes a los infantes que muestran la infección -por la edad y falta de anticuerpos- en etapas más tempranas.
En 2016, el Consejo Directivo de la OPS, junto con su matriz la Organización Mundial de la Salud (OMS), aprobó una resolución para implementar un plan de eliminación de las enfermedades desatendidas “entre ellas la lepra”.
Esto llevó a crear la estrategia contra la lepra, cuya versión actualizada apunta al plan 2021-2030 que establece los parámetros para el diagnóstico y control de la enfermedad con “conocimientos y pruebas más recientes sobre el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de la lepra, basados en un enfoque de salud pública en los países endémicos”.
Según las autoridades de salud mexicanas al momento se desconoce el origen de este brote; pero apuntan como posible causa a una mayor exposición de los lugareños a grupos migrantes provenientes de países donde la enfermedad es más común, de donde podrían transitar pacientes asintomáticos.
Las autoridades sanitarias mexicanas también destacan que los casos atendidos presentan la característica “multibacilares”, que consiste en que el paciente presenta más de seis lesiones en la piel, que pueden ir desde las extremidades, la cavidad torácica o el rostro con ulceraciones dolorosas.
En las Américas la vida silvestre conserva uno de los reservorios naturales de la bacteria; se trata del armadillo de nueve franjas, especie que incluso es cazada para consumo humano en algunos países de la región.
Los CDC también pone en la mira el contagio al respirar gotas de pacientes portadores de la bacteria expulsadas al toser o por estornudos.
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