Kenyer Méndez vive en Maracay, en el estado venezolano de Aragua. Sin embargo, el joven de 28 años viaja a Caracas con mucha frecuencia con la finalidad de mostrar un poco de sus pasos de breaking, un arte que practica desde niño.
Este arte, también conocido como breakdance, es un estilo de danza urbana que se mezcla con movimientos acrobáticos. Se originó en el barrio de El Bronx (Nueva York, EEUU) en la década de los 1970.
Sus comienzos en el breaking
Desde que era muy pequeño, Kenyer Méndez siempre tuvo el sueño de ser atleta de algún deporte, pero la situación económica de su familia no era la mejor, así que no contaban con recursos para pagar clases de alguna disciplina.
“Mi sueño siempre fue ser un gran atleta en algún deporte, pero viniendo de una familia humilde en donde solo mi madre se hizo cargo de mi y mis hermanos, a ella se le dificultaba poder costear mi desarrollo en algún deporte, detalla en entrevista para la Voz de América.
El joven recuerda que conoció esta danza gracias a un amigo que la practicaba. En ese entonces se dio cuenta de que podía bailar sin necesidad de contar con grandes recursos.
“Solo necesitaba mi cuerpo para poder aprender. Luego de un tiempo noté que era bueno en esto quise ir más allá y dedicarme por completo a este arte”, agrega.
Actualmente Méndez practica casi a diario el breaking y viaja con frecuencia hasta Caracas (a unas dos horas de Maracay) para mostrar sus pasos en los semáforos de las principales avenidas.
Cuando viaja a la capital, Méndez trata de hacerlo a las 6:00 de la mañana para estar en Caracas antes del mediodía. Trabaja durante unas dos horas y luego por otras dos horas en la tarde.
“Viajo a Caracas cada cierto tiempo a la semana, dependiendo de algunos trabajos y reuniones que tengo allá, cuento con el apoyo de una tía para la estadía allá. En Caracas hay más posibilidades de trabajo debido a la concentración de personas”, apunta.
A Kenyer Méndez la practica del breaking le ha dado grandes amigos y
experiencias. No obstante, reconoce que esta disciplina tiene cierto margen de peligro por las acrobacias que implica, por lo que siempre trata de ser cuidadoso.
“En el breaking tengo muchas anécdotas buenas y malas pero la más fuerte y la que más me marco fue una vez que un compañero con el que trabajaba tuvo un accidente en dónde se cayó de cabeza desde un sitio alto, perdiendo por completo sus capacidades motrices y muriendo a las 4 días, es un recuerdo muy fuerte y triste pero que nunca olvidaré y siempre me recuerda que debo ir con cuidado”, dice.
“El breaking para mí lo es todo”
Kenyer Méndez confiesa que salir adelante con su disciplina no es fácil en
Venezuela debido a la falta de apoyo público y privado. Por ello destaca la
importancia porque más personas conozcan este arte y se sumen a la causa.
“Que las empresas se interesen más en patrocinar a atletas de breaking, que los apoyen en sus viajes para representar al país porque somos potencia en breaking”, dice.
Pese a las dificultades, Méndez sigue practicando sin descanso el breaking porque su sueño es dejar el nombre de Venezuela en alto. Una de esas metas es poder participar algún día en unos Juegos Olímpicos y también en otras competencias internacionales.
“El breaking para mí lo es todo, confío en que no soy solo bueno, si no uno de los mejores de Venezuela. Existen varias plataformas que me pueden impulsar (…) Sueño con poder viajar llevando mi arte a muchos lugares del mundo haciendo reír a muchas personas que necesiten un poco de alegría y entusiasmo”.
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