El jefe de policía de la ciudad alemana de Colonia, Wolfgang Albers, fue despedido este viernes en medio de crecientes críticas por la manera como su Departamento manejó una serie de asaltos sexuales y robos en la Nochebuena.
El ministro del Interior de Alemania, Ralf Jaeger, dijo que la medida "era necesaria para recobrar la confianza del público y la habilidad de actuar de la policía de Colonia con miras a próximos eventos importantes". El carnaval anual de la ciudad es en febrero.
Albert ha enfrentado crecientes críticas por la forma como su fuerza respondió a presuntos ataques la víspera de Año Nuevo contra mujeres, por parte de grupos de hombres que pertenecían a una multitud de unas 1.000 personas, descritas como "árabes o de origen norafricano.
La Policía no mencionó los ataques alrededor de la principal estación de trenes de la Ciudad, en su reporte del primer día del año y describió las festividades de Año Nuevo como "mayormente pacíficas". El jefe policial reconoció su error más tarde en la semana, pero negó que sus agentes fueron abrumados y reaccionaron muy lentamente para proteger a las mujeres.
Un informe interno de la Policía, publicado por la prensa alemana el jueves, dice que la Policía si se vio abrumada y describe cómo las mujeres tuvieron que correr en medio de grupos de hombres embriagados afuera de la principal estación de trenes de Colonia. Las autoridades investigan posibles vínculos con ataques similares en otras ciudades.
Anteriormente este viernes, el Ministerio del Interior alemán informó que se han identificado a 18 refugiados entre los 31 sospechosos de los asaltos y robos. De los sospechosos detenidos, nueve son argelinos, ocho marroquíes, cinco iraníes, cuatro sirios, dos alemanes, un iraquí, un sirio y un estadounidense.
Los incidentes han llevado a un creciente llamado para que se hagan más estrictas las leyes de inmigración, especialmente por parte de políticos opuestos a la política de puertas abiertas de la canciller Angela Merkel.