Los ataques en París, y la preocupación que más terroristas de una célula vinculada a Said y Chérif Kouachi están planeando acciones adicionales, han llevado a funcionarios estadounidenses a evaluar y prepararse para lo que pueda venir.
Más seguridad en las calles y edificios gubernamentales, además de controles adicionales en el aeropuerto, son algunas de las medidas adicionales puestas en marcha por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a raíz de los atentados de París.
Si bien el DHS ha informado que no hay amenazas específicas, funcionarios estadounidenses están preocupados sobre el peligro que representan combatientes extranjeros que vayan a luchar por la yihad a Medio Oriente y luego regresen a sus países de origen.
"Estamos viendo ese fenómeno con mucho cuidado, sobre todo cuando vemos signos de desmoralización en el campo de batalla en Siria e Irak”, dijo un funcionario de gobierno a la Voz de América.
El número de combatientes extranjeros atraídos por el conflicto sigue creciendo.
Por lo menos 18.000 combatientes extranjeros de todo el mundo han viajado para luchar en Medio Oriente, según cifras de EE.UU.
Jeremy Shapiro, del centro de estudios Brooking Institution, dijo que muchos están regresando a sus países de origen.
"Alrededor de dos mil a tres mil personas han viajado provenientes de Europa y Estados Unidos. Las últimas cifras qye tuve disponible hace algunos meses [indican que] aproximadamente el 50 por ciento de ellos han regresado”, agregó.
Un activista noruego quien fue reclutado por extremistas, Yousef Bartho Assidiq, dijo que “la mayoría de los que vuelven a casa, aparte de tal vez unos pocos, buscan reclutar a más personas”.
Un estimado de 100 a 200 de los combatientes extranjeros en Irak y Siria son estadounidenses.
Hasta ahora, funcionarios de inteligencia estadounidenses no saben cuántos de ellos han regresado.