Julian Assange lleva un año encerrado en la embajada ecuatoriana en Londres y por el momento no parece que vaya a salir de allí en un futuro próximo.
El ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, se trasladó el fin de semana pasado al Reino Unido para visitar a Assange y reunirse con su homólogo británico, William Hague. Este encuentro tenía como objetivo encontrar una solución al conflicto diplomático que generó el que Ecuador le otorgara asilo político a Assange en su embajada londinense y que envuelve también a Suecia y EE.UU.
El resultado del encuentro fue que Hague prometió a Patiño que se crearía una comisión de jueces encargados de valorar la situación del caso, pero que, como ya se dijo el junio pasado cuando Assange se refugió en la embajada, no se le concederá el salvoconducto.
El exembajador ecuatoriano, Mauricio Gándara, declaró a raíz de este encuentro que en su opinión, “con la visita de Patiño a Julian Assange quieren balancear y decir que son defensores de la libertad de prensa, para contrarrestar la crítica internacional a la Ley de Comunicación”; ley aprobada recientemente por la asamblea en Ecuador, y que se ha calificado por la opinión internacional como un peligro para la libertad de prensa y la libertad de expresión.
Assange está acusado de dos délitos de abusos sexuales en Suecia y de poner en peligro la seguridad nacional por EE.UU. cuando en 2010, el informático australiano y fundador de Wikilieaks, publicó 391.832 documentos confidenciales sobre la guerra de Iraq y en torno a 90.000 sobre la guerra en Afganistán.
El “hacker” mantiene que es inocente de los delitos de los que es acusado en Suecia y cree que es una conspiración llevada a cabo por EE.UU. para poder arrestarle y condenarle por la publicación de los documentos militares que pusieron en jaque al Pentágono.
Los documentos fueron filtrados a Wikileaks por el soldado Bradley Manning y desde el día 3 de junio está siendo juzgado por los 22 cargos de los que se le acusa y de los que se reconoció culpable en febrero de 2011. Manning podría ser juzgado a más de 20 años de cárcel.
Assange no ha salido de la embajada en un año porque el Reino Unido no le ha concedido el salvoconducto y su asilo político se reduce a la embajada ecuatoriana. Una vez en el exterior del edificio, no goza de ninguna inmunidad y podría ser detenido por la policía británica y enviado a Suecia para ser juzgado por los cargos de los que se le acusa en este país.
El fundador de Wikilieaks se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión. Su aniversario como refugiado coincide con el escándalo de espionaje al que se está enfrentando el ejecutivo de Obama y subraya una vez más la cuestión de hasta qué punto los gobiernos pueden cometer abusos en nombre de la seguridad nacional.
El ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, se trasladó el fin de semana pasado al Reino Unido para visitar a Assange y reunirse con su homólogo británico, William Hague. Este encuentro tenía como objetivo encontrar una solución al conflicto diplomático que generó el que Ecuador le otorgara asilo político a Assange en su embajada londinense y que envuelve también a Suecia y EE.UU.
El resultado del encuentro fue que Hague prometió a Patiño que se crearía una comisión de jueces encargados de valorar la situación del caso, pero que, como ya se dijo el junio pasado cuando Assange se refugió en la embajada, no se le concederá el salvoconducto.
El exembajador ecuatoriano, Mauricio Gándara, declaró a raíz de este encuentro que en su opinión, “con la visita de Patiño a Julian Assange quieren balancear y decir que son defensores de la libertad de prensa, para contrarrestar la crítica internacional a la Ley de Comunicación”; ley aprobada recientemente por la asamblea en Ecuador, y que se ha calificado por la opinión internacional como un peligro para la libertad de prensa y la libertad de expresión.
Assange está acusado de dos délitos de abusos sexuales en Suecia y de poner en peligro la seguridad nacional por EE.UU. cuando en 2010, el informático australiano y fundador de Wikilieaks, publicó 391.832 documentos confidenciales sobre la guerra de Iraq y en torno a 90.000 sobre la guerra en Afganistán.
El “hacker” mantiene que es inocente de los delitos de los que es acusado en Suecia y cree que es una conspiración llevada a cabo por EE.UU. para poder arrestarle y condenarle por la publicación de los documentos militares que pusieron en jaque al Pentágono.
Los documentos fueron filtrados a Wikileaks por el soldado Bradley Manning y desde el día 3 de junio está siendo juzgado por los 22 cargos de los que se le acusa y de los que se reconoció culpable en febrero de 2011. Manning podría ser juzgado a más de 20 años de cárcel.
Assange no ha salido de la embajada en un año porque el Reino Unido no le ha concedido el salvoconducto y su asilo político se reduce a la embajada ecuatoriana. Una vez en el exterior del edificio, no goza de ninguna inmunidad y podría ser detenido por la policía británica y enviado a Suecia para ser juzgado por los cargos de los que se le acusa en este país.
El fundador de Wikilieaks se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión. Su aniversario como refugiado coincide con el escándalo de espionaje al que se está enfrentando el ejecutivo de Obama y subraya una vez más la cuestión de hasta qué punto los gobiernos pueden cometer abusos en nombre de la seguridad nacional.