Hace 30 años, un 30 de marzo de 1981, un hombre armado intentó asesinar al entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.
El aniversario se conmemora con una serie de actos, incluyendo una rueda de prensa con el secretario de prensa de Reagan, Jim Brady, que resultó gravemente herido en el atentado. Brady se ha convertido en uno de los principales defensores de la causa para prevenir la violencia producto de las armas de fuego.
El intento de asesinato fue grabado en video tape por los camarógrafos que seguían al presidente ese 30 de marzo de 1981.
En el video aparecen Reagan y miembros de su personal saliendo de un hotel de Washington cuando se escucharon seis disparos.
El personal de seguridad colocó de inmediato a Reagan en la limusina presidencial y lo llevó a toda prisa al hospital más cercano.
Una de las balas hirió a Reagan en el pulmón izquierdo, a menos de dos centímetros del corazón. El médico que lo atendió en esa ocasión declaró recientemente en un documental del canal de televisión National Geographic que el presidente Reagan perdió más del 40% de sangre.
Cuando el presidente llegó a la sala de emergencias, Reagan bromeó con los médicos diciéndoles “espero que ustedes sean republicanos”. El presidente fue sometido a una operación, se recuperó rápidamente, y doce días después regresó a la Casa Blanca.
Las autoridades arrestaron al autor de los disparos, John Hinckley, y lo acusaron de intento de magnicidio. Hinckley fue hallado ni culpable por problemas mentales. Fue colocado en una institución mental de Washington donde hoy sigue bajo observancia siquiátrica.
