Los delegados del Gobierno de Colombia y de la guerrilla izquierdista del Ejército de Liberación Nacional comenzaron el lunes un cuarto ciclo de negociaciones de paz, proponiendo discutir cómo brindar alivio en concreto a las poblaciones y localidades que más sufren los efectos el conflicto.
Las partes llegaron el domingo a Venezuela, uno de los países garantes de las conversaciones junto con Noruega, México, Cuba, Brasil y Chile.
"Si me preguntaran un resultado de este ciclo ¿cuál es? Que los instrumentos que ha creado la mesa, que es la participación [de la sociedad civil] y el cese [al fuego], de verdad le lleven un alivio humanitario a las poblaciones y regiones que más sufren", dijo Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN.
El jefe de la delegación gubernamental, Otty Patiño, dijo por su parte que el conflicto que "se ha vuelto más miserable y detestable, debe tener sus días contados".
"Nosotros queremos proponerle a la otra delegación que avancemos para que este ciclo sea el ciclo de la gente, la gente que vive en los territorios más afectados por el abandono y la violencia", dijo Patiño.
Propuso que "empecemos a escuchar en vivo y en directo las voces de las victimas (...) empecemos a este ciclo a hacer planes concretos donde participen los jefes de los frentes de guerra del ELN y las comunidades de esos territorios", agregó Patiño.
Las partes alcanzaron en junio un acuerdo de cese al fuego bilateral de seis meses que comenzó a regir el 3 de agosto.
El acuerdo de cese bilateral de hostilidades es el avance más importante alcanzado en los diálogos como parte de los esfuerzos del presidente Gustavo Petro para lograr una "paz total" que ponga fin a un conflicto armado de casi seis décadas que ha dejado 450.000 muertos.