Puede que las agencias de inteligencia de EE. UU. hayan descartado la idea de que una serie de enfermedades misteriosas que afectan a los diplomáticos y otros funcionarios estadounidenses sea parte de una campaña sostenida de uno de los adversarios de Washington, pero ahora sostienen que, al menos en un pequeño número de casos, la única explicación probable es la del uso de algún tipo de arma.
Un informe publicado el miércoles por un panel de expertos conformado por las agencias de inteligencia de EE. UU. considera que los síntomas centrales en estos casos son "claramente inusuales y no informados en ninguna otra parte de la literatura médica", lo que hace que sea muy poco probable que la causa sea natural.
"La energía electromagnética pulsada, particularmente en el rango de radiofrecuencia, explica plausiblemente las características centrales", señala el informe.
"Existen fuentes que podrían generar el estímulo requerido, son ocultables y tienen requisitos de energía moderados", agrega el informe. "Usando antenas y técnicas no estándar, las señales podrían propagarse con baja pérdida a través del aire por decenas a cientos de metros, y con alguna pérdida, a través de la mayoría de los materiales de construcción".
La misteriosa enfermedad se reportó por primera vez en 2016 entre diplomáticos y otros empleados de la embajada de Estados Unidos en Cuba.
Desde entonces, se han reportado cientos de casos en Rusia, China, Polonia, Austria y otros lugares, con síntomas que van desde náuseas y mareos hasta dolores de cabeza debilitantes y problemas de memoria.
El gobierno de EE. UU. se ha comprometido desde hace más de un año para encontrar la fuente de los incidentes de salud anómalos, comúnmente llamado 'Síndrome de La Habana'.
Un informe provisional emitido el mes pasado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE. UU. concluyó que la mayoría de los casos "pueden explicarse razonablemente por condiciones médicas o factores ambientales y técnicos, incluidas enfermedades no diagnosticadas previamente".
Sin embargo, advirtió que un número menor de casos seguía desafiando la explicación y que, en esos casos, los funcionarios "no han descartado la participación de un actor extranjero".
El informe del miércoles parece respaldar esa conclusión, aunque los funcionarios dijeron que el último esfuerzo no se centró en asignar la responsabilidad de los posibles ataques.
"Hay un pequeño número de los casos que analizamos que no tenían otro mecanismo plausible", según un funcionario de inteligencia estadounidense familiarizado con el trabajo del panel de expertos que habló con los periodistas bajo condición de anonimato.
El misterio permanece
Sin embargo, sigue siendo un misterio exactamente cómo se llevaron a cabo los posibles ataques.
"No tenemos un dispositivo específico", reconoció un segundo funcionario, que al igual que el primero estaba familiarizado con el trabajo del panel. Sin embargo, explicó que la idea de que algunos casos del 'Síndrome de La Habana' son el resultado de algún tipo de arma es "más que una teoría".
"Teníamos relatos de personas que habían estado cerca de la energía de RF [radiofrecuencia] sin darse cuenta y describían síntomas como ese", agregó el funcionario.
La noción de que un mecanismo de radiofrecuencia pulsada y dirigida estaba detrás de los síntomas clave del 'Síndrome de La Habana' (la aparición rápida de dolor o problemas en el oído interno, incluida la pérdida del equilibrio, mareos y náuseas) se planteó por primera vez en 2020 en la Academia Nacional de Ciencias, que calificó como "el mecanismo más plausible para explicar" el creciente número de casos.
El informe del miércoles reafirmó ese hallazgo, pero también dejó abierta la posibilidad de que algunos de los casos pudieran haber sido causados por un dispositivo que usa tecnología de ultrasonido, aunque dijo que un dispositivo ultrasónico solo podría producir la combinación correcta de síntomas si se coloca cerca de la víctima.
Haciendo progreso
En un comunicado el miércoles, la directora de Inteligencia Nacional de EE. UU., Avril Haines, y el director de la CIA, William Burns, dijeron que el esfuerzo por determinar la causa del 'Síndrome de La Habana' está progresando.
"Seguimos realizando esfuerzos complementarios para llegar al fondo de los Incidentes de Salud Anómalos y brindar acceso a una atención de primera clase para los afectados", dijeron en un comunicado.
“Nos mantendremos en ello, con rigor, durante el tiempo que sea necesario”, agregaron. "Nada es más importante que el bienestar y la seguridad de nuestros colegas".
Funcionarios familiarizados con el trabajo sobre el 'Síndrome de La Habana' dijeron el miércoles que "es frustrante" no poder obtener una respuesta clara y definitiva sobre lo que les ha sucedido a un par de docenas de sus colegas y al personal diplomático estadounidense.
Pero dijeron que a pesar de las muchas incógnitas, los últimos hallazgos ofrecen esperanza para aquellos que se han visto afectados.
"Hemos aprendido mucho", dijo uno de los funcionarios. "Si bien no tenemos el mecanismo específico para cada caso, lo que sí sabemos es que, si se informa rápidamente y se obtiene atención médica de inmediato, la mayoría de las personas se recuperan".
El informe también recomendó a EE. UU. crear una base de datos central para recopilar información sobre futuros casos informados, desarrollar un conjunto de los llamados "biomarcadores" para identificar mejor los nuevos casos, tratar de desarrollar tecnología capaz de detectar un ataque y mejorar las comunicaciones.
La Casa Blanca recibió el miércoles los hallazgos del informe.
"El panel [de expertos] emprendió un estudio riguroso y multidisciplinario que identificó hallazgos y recomendaciones importantes", confirmó un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional en un comunicado.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nombró el martes a un alto funcionario para dirigir la respuesta interinstitucional del gobierno al Síndrome de La Habana.
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