Arizona, Nevada y México seguirán viviendo el próximo año con menos agua del río Colorado después de que el gobierno estadounidense anunciara el jueves recortes de agua para preservar el suministro actual. Los 40 millones de personas que dependen de este río en peligro seguirán experimentando dificultades a largo plazo.
Esta vía fluvial de 2.334 kilómetros (1.450 millas) de longitud surte el oeste de Estados Unidos y también abastece de agua a ciudades y granjas del norte de México. En el oeste estadounidense abastece a siete estados, a más de dos docenas de tribus indígenas e irriga millones de hectáreas agrícolas. También produce energía hidroeléctrica que se utiliza en toda la región.
Años de sobreexplotación, junto con el aumento de las temperaturas y la sequía, han hecho que el caudal del río Colorado se haya reducido en comparación con décadas pasadas.
El Departamento del Interior de Estados Unidos anuncia la disponibilidad de agua para el año siguiente con meses de antelación, de forma que las ciudades, los agricultores y otros puedan elaborar planes. Las autoridades se basan en los niveles de agua del lago Mead —uno de los dos principales embalses del río—, los cuales son indicadores de su caudal.
Basándose en esos niveles, Arizona perderá de nuevo el 18 % de la cantidad de agua del río Colorado que se le asigna, mientras que la cantidad asignada a México se reducirá un 5 %. La reducción para Nevada —que recibe mucho menos agua que Arizona, California o México— se mantendrá en 7 %.
Los recortes anunciados el jueves se encuentran en la misma categoría “Nivel 1” en la que estuvieron este año y en 2022, cuando se implementaron los primeros recortes federales al río Colorado, lo cual agudizó la crisis del río. En 2023 se aplicaron recortes aún mayores; los que resultaron más afectados fueron agricultores de Arizona.
Las lluvias más intensas y ciertas medidas de ahorro de agua adoptadas por Arizona, California y Nevada mejoraron un poco las perspectivas a corto plazo para el lago Mead y el lago Powell, situado río arriba del Mead, en la frontera entre Utah y Arizona.
Las autoridades informaron el jueves que los dos embalses se encontraban al 37 % de su capacidad.
Elogiaron las medidas en curso de Arizona, California y Nevada para ahorrar más agua, que se mantendrán en vigor hasta 2026. El gobierno federal les está pagando a los usuarios de agua en esos estados por gran parte de esa conservación. Mientras tanto, los estados, las tribus y otros están negociando cómo compartirán el agua del río después de 2026, cuando muchas de las directrices que actualmente rigen el río dejen de estar en vigor.
Tom Buschatzke, director del Departamento de Recursos Hídricos de Arizona y principal representante del estado en esas negociaciones, dijo el jueves que los usuarios de Arizona se habían “comprometido a una conservación increíble (...) para proteger el sistema del río Colorado”.
“Es probable que las condiciones futuras”, añadió, “sigan obligando a tomar decisiones difíciles”.
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