El Poder Ejecutivo de Argentina experimenta un momento político sensible desde principios de mes, tras la renuncia intempestiva del ministro de Economía, Manuel Guzmán y mientras el país intenta superar una inflación que ya sobrepasa el 62% en el último año.
Sin embargo, analistas consideran que el gobierno del presidente Alberto Fernández no vive “un clima de desestabilización” que pudiera amenazar la culminación de su mandato, prevista para finales del próximo año.
El gobierno argentino enfrenta las complicaciones de su endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional de casi 45.000 millones de dólares. Los acuerdos con ese organismo demandan la reducción progresiva del déficit fiscal, pero han despertado críticas de la misma vicepresidenta, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que pide proteger a sectores empobrecidos.
Sí se observa un cuestionamiento de la gestión puertas adentro”Bruno Tondini, profesor argentino
Fernández y la coalición gobernante de izquierda, el Frente de Todos, atraviesan “una situación compleja” por los desafíos económicos y los cuestionamientos a puertas cerradas y en público de sus aliados, explica Bruno Tondini, profesor especialista en finanzas y derecho de la Universidad Nacional de la Plata.
El experto precisa que el peronismo gobernante no es una figura “monolítica” y sus grietas se han agravado desde los resultados negativos de las elecciones del año pasado, cuando el oficialismo perdió la mayoría en la Cámara de Diputados.
Ese contexto no representa un riesgo para la continuidad de Fernández como presidente, remarca, sin embargo. “No se ve un clima de desestabilización. Sí se observa un cuestionamiento de la gestión puertas adentro y ni hablar puertas afuera con esa situación compleja de inflación, control de cambio estricto, dificultades para adquirir ciertos bienes”, comenta a la Voz de América.
Tondini subraya que la clase política, económica y la ciudadanía de Argentina está convencida de que los gobiernos deben terminar sus mandatos. “Hay un paso adelante en la sociedad en lo político”, más allá de las protestas de calle que opositores e incluso sectores oficialistas protagonizan contra Fernández.
Crisis de doble forma
La crisis actual de Argentina es “de doble forma”, es decir, tanto política como económica, asegura desde Buenos Aires a la VOA el politólogo y profesor investigador de la Universidad Católica de Córdoba, César Murua.
“La crisis económica es de naturaleza fiscal, es un déficit atrasado desde hace casi 10 años, acumulado consecutivamente” y que el acuerdo con el FMI procura reducir, expone. A ello, se suma el “débil liderazgo” de Fernández, afirmó.
“No es una figura pública que concierte un liderazgo transversal a la sociedad. Ni siquiera lo puede hacer en la propia coalición de gobierno, que está rota desde hace mucho tiempo”, hasta con la vicepresidenta Kirchner, dijo.
Medios locales señalaron que Fernández tenía casi un mes sin conversar con Kirchner hasta la renuncia del ministro de Economía. Murua destaca que el presidente argentino tampoco ha logrado “alinear a su propio gabinete” y se atreve a pronosticar, incluso, nuevos cambios en su terna de ministros.
Murua coincide con Tondini en que Fernández no corre peligro de interrumpir su mandato por sus aprietos financieros y políticos. La de ahora no se trata de una crisis con parangón con la de 2001, cuando el presidente Fernando De La Rúa dimitió entre protestas sociales. Aquella, dice, fue una crisis “total”.
“La particularidad de la crisis de este momento es que es económica y política, pero se da en un contexto de crecimiento y ese puede ser uno de los factores que evite” un posible colapso del gobierno de Fernández, opina el analista argentino.
Alberto Fernández no es una figura que concierte un liderazgo transversal”César Murua, analista argentino
La nueva ministra de Economía, Susana Batakis, prometió esta semana respetar los acuerdos negociados por su predecesor con el FMI e hizo votos porque haya “orden y balance” en las cuentas del Estado argentino. Sus promesas parecieron dar continuidad al programa fiscal contemplado por el exministro Guzmán.
“No vamos a gastar más de lo que tenemos”, remarcó Batakis este lunes. Murua, por su parte, considera que el cambio de nombres en la cartera financiera no implica “una resolución clara del rumbo” a seguir en políticas económicas.
“Básicamente, lo que necesita Argentina es una política económica con medidas mucho más críticas en cuanto a sus potenciales efectos, más amplias, y necesita mayor fortaleza política el gobierno para esa política, que no la tiene hoy por hoy ni la ministra Batakis, ni el presidente Fernández”, advierte.
Cree que el mandatario argentino necesita realizar un movimiento “más audaz” dentro de sus alianzas para pavimentar el piso político y económico del país.
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